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miércoles, 19 de marzo de 2025

EL CAMALEON: LA INVENCION DE DONALD TRUMP, de Maggie Haberman

 EL CAMALEON: LA INVENCION DE DONALD TRUMP, de Maggie Haberman

Donald Trump (Queens, Nueva York, 14 de junio de 1946). Este libro llega hasta 2022, es decir, cuando Trump aun se está lamiendo las heridas de la derrota electoral, con su sentimiento de traición de quienes le rodean. La autora le hace preguntas al final del libro intentando saber si se va a presentar y cual cree que es su legado. Esas tres entrevistas finales son un experimento más con este animal del American Way of Life: él no apunta a una nueva campaña electoral en ese momento, y titubea en lo que mejor ha hecho. Pero una cosa tiene clara, y es que durante 4 años se lo pasó muy bien. Fiel reflejo de este tipo. Pero es que, además, todas las 650 páginas anteriores responden a varias preguntas:

¿Como se apropio de la expresión América First? ¿O la de Make America Great Again?

¿Como le vino la idea de que Obama no había nacido en EEUU?

¿Estuvo a punto de ser destituido? No tanto. ¿Estuvo a punto de bombardear Iran? En el último minuto, los aviones dieron la vuelta.

¿De dónde viene lo del muro con México?

¿Como se volvió antiabortista y antigay, desde posiciones opuestas?

¿Elogió a Hitler al igual que denostó la vocación militar cuando viajaba a un cementerio militar estadounidense?

¿Por que le dio por meterse en política?

¿Son ciertas las acusaciones de muchas mujeres acerca de su trato delictivo con ellas? ¿También sus desprecios hacia el género femenino en general?

¿Como se adueño de su cabeza rubia la idea de que le robaron las elecciones en 2020?

¿Utilizó la ayuda a Ucrania como moneda de cambio para perjudicar a su futuro rival electoral Joe Biden en la persona de su hijo? Es decir, ¿utilizó el dinero (muchísimo dinero) de los contribuyentes para un asunto personal? Este fue el caso más claro de muchos parecidos, que pudo salirle muy caro.

¿Por que esa predilección por Rusia? ¿Existen vínculos con Rusia anteriores a su presidencia, y también durante su primera campaña electoral? No hay un sí directamente delictivo, pero si hay varios indicios de relación culposa.

Cualquier cosa que haya propuesto Trump alguna vez en su vida, ya estuvo en el ambiente o fue planteada antes de él. Groenlandia, la salida de la OTAN, aranceles... ideas de otros que Trump asumió con fecha y circunstancias apuntadas por la autora. Y sobre todo, los problemas que tuvo para implementarlas entonces, en su primer mandato. No parece ser así en el segundo, en el que ha aprendido la lección.

Trump tiene tan pocas ideas propias que la lucha por influenciarle es brutal, tóxica para el ambiente que le rodea. La autora explica los vaivenes, sus explosiones de ira, la poca confianza que genera en sus asistentes, el que los líderes del partido republicano no tuvieran claro si, ideológicamente, el presidente era de los suyos (ha estado en el partido demócrata, en el reformista de Ross Perot y ha sido independiente). El se dedica a enfrentar a unos contra otros, a despreciar a la gente en su cara. Es feliz así. Hay detalles graves que apenas salen en el libro. Uno refiere el trato con las mujeres, eso sí lo trata en general, pero no cuenta que en una pelea doméstica durante el divorcio con Ivana, esta terminó con su violación por parte de Donald Trump. Está en la demanda de divorcio de ella. El libro, como siempre, expone, y luego que cada uno saque sus consecuencias. Supongo que el filón de votantes evangelistas y demás cristianos en las elecciones de 2016 sacó la suya. 

La primera mitad del libro ocupa su vida hasta su primera presidencia, y la segunda mitad abarca de 2016 a 2022. Gran parte del libro tiene esa actitud de crónica de quien no se deja intimidar al contar sus relaciones familiares, sus negocios inmobiliarios en New York, sus tratos con políticos, periodistas, la competencia y sus propios asesores y abogados. Es lo que Trump fue aprendiendo de unos y otros en el turbio mundo de los negocios al límite de lo legal en New York. Por ejemplo, aunque el libro no lo indica porque es algo anterior, es lo que cuenta la película satírica de 2024 The Apprentice (La historia de Trump), película del director iranodanés Ali Abbasi. Con 70 años tampoco iba a cambiar.

Trump es un hombre que ascendió en los negocios gracias a su padre, se mantuvo en los negocios durante años gracias a su padre, aprendió el matonismo y las prácticas mafiosas del mundo inmobiliario de New York en los años 70 y 80, y finalmente ni su padre pudo evitar la quiebra de sus negocios. Incluso tuvo que convertir su finca de Mar-a-lago en un club social cuando había sido su casa, para no perderla del todo. 

Durante su presidencia, los responsables de muchas áreas de seguridad de EEUU dimitieron forzados por sus veleidades. Muchos de los que él colocó se largaron quemados. Leyendo toda su primera presidencia uno acaba pensando que la Casa Blanca es una casa de locos y que existe una muy baja productividad porque se sacan pocos proyectos adelante, se destruyen muchos, se anuncian éxitos que no existen y se gasta un tiempo y un dinero increíble en cosas no son más que guerras internas. Hay pocos rastros de beneficios para el ciudadano medio, aunque los hay. Para colmo, Trump hace muchos actos institucionales en sus propiedades, de lo que pasa factura a la nación por su uso. El tío es un caradura impresionante. Hay tantas cosas que echarle en cara que uno no sabe por donde empezar. Si criticaba a las anteriores administraciones por inicuas, lo de este hombre es de traca. Si ya era un fantasma de los negocios, como presidente es un fantasma de sus logros. Todo lo que dice que ha hecho hay que rebajarlo un montón. O dicho de otra manera, habría que saber cuánto dinero costo a los contribuyentes colocar a un tipo errático y sin formación ni ideología definida como presidente en lugar de un político formado, cualquiera que hubiera sido su adscripción política. Sin embargo, el precio de lo que ha costado a la administración la entrada de aventureros como el exalcalde de NY, el famoso Giuliani, tampoco es pequeño. A él mismo le costó 148 millones de dólares por una sola demanda de las que tiene en 2023 por injerencia electoral en Georgia. 

Por otro lado, ya no es solo la catadura moral la que se describe en estas páginas. Evidentemente, un hombre así no puede atraer a los mejores para puestos clave de una administración, sino a gente antisistema (porque no creen en la sociedad ni el gobierno que se ha ido construyendo generacion tras generacion), gente opaca y de segunda o tercera fila, además de los trepas. Cuando llega la hora de justificar por que Trump no perdió las elecciones de 2020, la Casa Blanca se llenó de iluminados, alucinados y gente acobardada. Tanto caradura y desvergonzado elaborando argumentos para que Trump no abandonara la Casa Blanca, de cualquier clase, solo lo ponía a él y a los suyos al borde de lo que solo tiene un nombre: golpe de estado, no de los de sacar los tanques a las calles, pero si de saltarse la ley e incluso de avisar a los servicios secretos de que habría un peligro de seguridad nacional tras un enfrentamiento cara a cara del vicepresidente Pence con Trump. Las cosas que se propusieron son alucinantes, parecía que Trump no se iba a ir ni echándole gas pimienta.

No entendió el funcionamiento del gobierno, ni el de las relaciones internacionales, y mandaba callar o daba largas a cuantos intentaban explicárselo porque le hacían quedar en una posición ridícula. No se caracteriza por rodearse de los más competentes, algo que siempre pasa con un mal jefe de cualquier empresa: no puede tolerar que le hagan sombra. Le cuesta prestar atención a algo durante tiempo, no tiene capacidad de concentración, banaliza los temas que no estén centrados en su persona. La autora da un montón de ejemplos de su personalidad inmadura y su capacidad intelectual de nivel auténticamente de paleto. Sin embargo lo que no dice es algo que planea por todo el libro hasta que consigue la elección al menos: no se le debe subestimar. 

¿Como, entonces, un tipo asi llego a la cumbre del poder mundial? Esa es mi gran duda. Haría falta otro libro más sociológico. Lo que sabemos es que inspiró tantos titulares a base de escándalos como empresario y como marido, había vivido tanto la noche y conocido y odiado a tanta gente, que su nombre ya significaba algo para millones de estadounidenses: había creado una imagen de marca, Donald Trump. Ese es el legado, o la enseñanza que el mismo señala al final del libro. Y con eso podía ganar dinero: aparecía en programas de TV, en revistas, en entrevistas. Es un artista de sacar dinero hasta de debajo de las piedras. Era único a la hora de atraer la atención... en la época de la nueva economía de la atención: pantallas, imágenes, titulares. De ahí a la política le faltaba el empujón: estaba muy predispuesto desde mediados de 1985, aunque con los vaivenes de ánimo que dan los años posteriores. Pero como quien se hace querer, o como quien ya tocó techo hacia mucho como inversor inmobiliario, el empujón le llegó por parte de sus colaboradores en torno a 2010.

La sensación final que me queda en el cuerpo es la de un tipo tóxico como pocos que haya leído o conocido en los medios. Recuerdo el final de la relación de Walter White (en la serie Breaking Bad) con su cuñado el policía de la DEA justo cuando lo van a matar en el desierto los socios del primero. Herido, se dirige a él, que le quiere salvar la vida en el último extremo después de todo lo que lleva haciendo, y le dice: "¿Cómo puedes ser tan listo para unas cosas y tan tonto para otras? Yo ya estoy muerto". Así me ha parecido este hombre, alguien con el que no deberías asociarte a no ser que seas peor que él. Alguien ideal para pasar un rato tomando unas copas pero con el que no quieres profundizar porque vas a acabar asqueado. Domina lo que queremos oír todos a la perfección, y si mientras puede hacer negocios y ganar dinero como sea, perfecto. Las reglas no están hechas para él. Es un tipo bastante complejo, fascinante, de los que modelan la realidad en torno a su figura, y no al revés. Tiene esa capacidad.

martes, 4 de marzo de 2025

LA BESTIA DEL CORAZON, de Herta Muller

 LA BESTIA DEL CORAZÓN, de Herta Müller



"Cuando callamos, nos tornamos desagradables, dijo Edgar. Cuando hablamos, nos tornamos ridículos. "

Una chica nos cuenta su vida en la ciudad a la que ha ido a estudiar. Vive en una residencia de estudiantes femenina. Su familia vive en el pueblo. Es como un diario continuo de lo que le pasa sin una diferenciación de capítulos, como una continua experiencia de lo mismo: la bestia del corazón que se instala en su cuerpo o en los objetos que la rodean. Nunca sabremos el nombre de ella (tampoco el del dictador, pero por diferentes motivos). Sobrevive como una más en una sociedad que te niega la humanidad, pero ella se revela contra este estado demostrando que siente, añora, padece, ríe y sufre. Por eso encaja con los tres amigos que la rodean (Georg, Kurt y Edgar), y por eso se previene de otras muchas personas que nos va a ir mostrando por el camino: Lola, compañera de la residencia que parece su alter ego pero tomando el camino no de la fuga de Rumania sino del suicidio, Teresa la amiga que la traiciona, los recuerdos de su alcohólico padre de las SS, la madre y sus dolores por correspondencia, el capitán Pjele y su perro del mismo nombre que interroga y coacciona a los cuatro amigos disidentes... El dictador es una especia de motor primario de todo lo que les pasa.

El relato, de 196 páginas, es rico en simbolismos y profundas metáforas. Por ejemplo, Lola, una compañera de la protagonista, intentó sobrevivir en este mundo desquiciado plegandose a sus exigencias (más corruptas que ideológicas) con el resultado de no poder soportarlo. Lola se suicidó con un cinturón. La protagonista nunca lleva cinturón, pero no le faltan los mismos impulsos. El cinturón es un símbolo continuo.

La novela tiene muchos momentos crípticos: hay momentos en los que parecemos estar viendo escenas de una película de David Lynch. El simbolismo es potente, se recurre a sueños, a momentos de la vida normal intensificados de forma surrealista que pueden ser descifrados con ayuda de esos mismos símbolos utilizados en otros contextos, como el cinturón, o la nieve cuando cae, el cabello, etc.

Más tarde conoce a su interrogador Pjele de las sesiones en comisaría, y su perro que se llama igual (tal vez lo menos sutil de la obra, pero un tipo así se lo merece). Y a Tereza y a Margit, que le alquila una habitación al irse de la residencia. Está última es descrita parodicamente en sus costumbres de beata. Con ellas, y la modista, se sirve para contar, a veces con un cierto humor chusco, como hace la gente para ganarse un espacio pequeño de libertad a espaldas del Estado: el estraperlo, el soborno, echar las cartas para adivinar el futuro, los planes de huida de Rumania. Poner en orden el futuro personal a base de cartomancia es como descifrar lo imprevisible de cualquier esfuerzo individual. ¿Significan estos detalles de la obra un ajuste de cuentas con el régimen rumano? ¿Un echar en  cara lo que durante toda su vida tuvo que callarse? Müller lo publicó en 1994.

La relación de la protagonista con Tereza tiene detalles semejantes a algo que le pasó en realidad a la autora al exiliarse a Alemania, así como en detalles de la vida de su padre y el padre de la protagonista. Seguramente hay bastantes más. En relación a Tereza, nunca había leído una declaración de amor escrita por Herta Müller como la que aquí escribe, a la par que su dolor por la traición a esos sentimientos. Como todo en ella cuando describe un hecho, es un pasaje descarnado, potente, desolador. Casi un grito contra esa bestia del corazón que salta de su acecho insidioso y te abruma hasta las lágrimas de repente. Entonces la actitud de las personas dominadas por la bestia del corazón redunda en crueldad. Pienso que es una paráfrasis del miedo, pero también, según creo, podría definirse como una relación hacia ti mismo o hacia otras personas en las que, pensando que les muestras atención o incluso afecto, los hieres profundamente porque no sabes hacerlo de otra manera. Y cuando los dejas temblando uno mismo siente el gozo de haberlo hecho así. Es muy cruel y retorcido, dos cualidades que sobresalen en la novela, pero esa crueldad es un goteo constante que en la sociedad y en las familias permea de arriba a abajo. Tal vez, el capitán Pjele actua de conciencia social porque espia la intimidad de todos los amigos de la protagonista, habla con ellos por separado y los juzga.

El estilo de Müller es tan profundo y significativo como la trama, más allá de las idas y venidas cronológicas, las evocaciones temporales de la anónima protagonista. Ella misma construye su mundo literario a base de su experiencia dentro del estado totalitario y de un estilo altamente poético, con un potencial de resignificación de las palabras que te admira y te abruma por su peso. O dicho de otra manera, no es una lectura fácil, requiere poner mucha atención (el interés se presupone) pero a cambio reporta muchísimo deleite y admiración por la novela y su autora.

Lo que hace interesante la novela es su capacidad inmersiva en la experiencia de la autora, el totalitarismo. No divierte con estrategias narrativas, te cautiva con un mundo en el que escuchas hasta la caída de la nieve o el jadeo del perro Pjele en el cuarto de los interrogatorios solo por el peso de las palabras.

lunes, 24 de febrero de 2025

LAS MONTAÑAS DEL OCEANO, de Bertrand Dubois

 LAS MONTAÑAS DEL OCEANO, de Bertrand Dubois

Este libro va de romper con lo conocido y atreverse a descubrir más cosas. De cumplir sueños, de no dejar de ser joven e inquieto por tu entorno. De romper con los localismos. Y eso, viniendo de la mano un guía alpino profesional, significa subir más la apuesta por su profesión, o meterse en tinglados muy diferentes a los que se dedica. Con sus 220 páginas confirma ambas ambiciones: navegar y escalar en la zona de los rugientes 50º.

Dentro del relato hay un gozne que separa, por un lado, las preocupaciones de Bertrand Dubois y sus numerosos compañeros, y por otro, la acción misma del viaje a las islas Georgia del Sur: el 16 de septiembre de 1979. Es la fecha en que se dirigen hacia las islas, un pequeño archipiélago de soberanía británica perdido, directamente, en el culo del mundo. Lo alcanzaron el 5 de enero del año siguiente tras pasar por Rio de Janeiro y Buenos Aires, y lo hacen navegando el Basile, un velero con motor. Era una embarcación nueva. Basada en otra anterior llamada Damien II, estaba diseñada para ellos que eran alpinistas y guías de Chamonix y Saint Gervais, con muy poca preparación marítima en principio. Pero tanto le gustó a Dubois el tema que después de esto se convirtió en patrón de barco e hizo más viajes. 

Así que hasta esa fecha en que comienza el verano austral tienen mucho trabajo por delante. Dubois y unos pocos "insensatos", que han decidido ser jóvenes a conciencia, por pura aventura, y con provecho de ello (porque si algo destaca de gente capaz de hacer esto es ser muy sensatos), han tenido que buscar una cuantiosa financiación que no poseen a priori. Endeudarse hasta las cachas, como solemos decir, pero a la vez ir marcando posibilidades de crecimiento económico para que los bancos y marcas de material deportivo se fíen de ellos. Todo ello muy interesante y que hace añorar otras épocas para semejantes lances épicos. Además, aunque entre saboyanos y bretones ocho fueran los expedicionarios, la preparación del viaje tiene el mérito de sumar los esfuerzos imprescindibles de mucha gente que no les iba a acompañar, de gente bien dispuesta, con recursos útiles, que quería ver conseguida la hazaña de Dubois y sus amigos. En este sentido, lo que cuenta es que este viaje es un buen ejemplo de echar a andar una propuesta difícil y colectiva a través de unos seis años de preparación.

El otro lado del gozne del 16 de septiembre lo marcan las estimulantes etapas del viaje, su exploración marítima y alpina en torno a las montañas del océano, las de las islas de Georgia del Sur. Este viaje es una mezcla muy interesante de retos novedosos. A esta cadena montañosa aislada se la califica como los Alpes del Sur. Tiene su máxima altura en el monte Paget, de 3000 m. Van coronando esta y otras cimas en medio de una meteorología horrible, con mapas poco definidos, cruzando algunos caminos de Shackleton en su odisea, una de las inspiraciones del autor para el viaje. Está enterrado en el cementerio de la isla. Aunque la isla tiene algo de cementerio: quedan numerosos trastos y edificios arruinados de la época de los noruegos y sus andanzas balleneras. Para las salidas montañeras el barco los deja y los recoge en puntos costeros convenidos, pero siempre hay un fuerte riesgo: el lado más fácil de la ascensión de un pico es el más difícil para evitar escollos y arrecifes peligrosos para la aproximación del Basile. Pero no importó demasiado: aun con precauciones, me parece que iban sobrados. Subir el Paget marca un antes y un después, eliminan ansiedades y disfrutan más de sus salidas por la isla entre excursiones, ascensiones, convivir con la fauna y descubrir varias estaciones balleneras noruegas abandonadas desde hacía mucho, entre los huesos de ballenas abandonados. Estan los restos de seis estaciones, la ultima se abandonó en 1965. Y, salvo contadas ocasiones, siempre con un tiempo lluvioso y ventoso, a veces nivoso. 

El relato nos describe un paisaje alpino difícil de igualar, salvaje, perdido, al alcance de muy pocos por lo aislado y lejano que es. Dubois en todo momento se deja llevar por el entusiasmo de haber llegado y estar allí, por solventar situaciones engorrosas. La convivencia entre ocho personas tan dispares no es un logro menor. Acabado el visado de dos meses concedido por los británicos, regresaron a Francia. 

Por saber algo más del autor, aunque el relato del libro no va mas allá de 1980, Dubois, con su esposa a bordo del "Baltazar" viajaron por Noruega, Groenlandia, Brasil, Malvinas, Tierra del Fuego y Cabo de Hornos, Magallanes, Antártida, Chile, Isla de Pascua, Tahití... El libro en Editorial Juventud es de 1986.
También se implicó en la causa ecologista. Todo un personaje.

sábado, 22 de febrero de 2025

TOR. LA MONTAÑA MALDITA, de Carles Porta

 TOR. LA MONTAÑA MALDITA, de Carles Porta

Esta historia responde al dicho de Pueblo pequeño, infierno grande. Es por un tema de envidias acerca de la posesión de una montaña justo al norte detrás del pueblo de Tor (algo que se llevaba arrastrando unos 100 años), que en 1995 el más enconado y más bruto de los 13 censados aparece asesinado en su casa en unas circunstancias poco claras. El caso es que es un sitio que solo parece interesar a los hippies tardíos o a los que desean desaparecer por algún motivo del mundo. No parecen tener muchas ganas de pisar ese culo de saco que es Tor ni la policía ni a las autoridades judiciales. Pero hay dos gallitos enfrentados entre esos trece censados, y eso toda la región lo sabe. Así que, ¿para que ir a provocar? Frente a la desgana de las autoridades frente a los recurrentes conflictos entre estos dos gallitos, un tal Sansa y un tal Palanca, la actitud es la de que "cuando alguien pida ayuda ya iremos". Los dos elementos citados son dos piezas de cuidado, matones de baja estofa, mal encarados y muy enredadores. Como imanes, atraen a otros personajes del mismo género. Incluso atraen a gente que prefiere vivir a su aire sin montar conflictos en una especie de camping que Sansa montó. Pero hay más, una pieza enigmática del caso que puede extender la trama de los asesinatos fuera del valle de Tor, como son los frecuentes convoyes de contrabandistas, porque la montaña de Tor hace de frontera con Andorra. La propiedad de esa montaña (término iberovasco que significa cerro segun he leido) es la que controla el paso de este lucrativo negocio, y el de unas posibles pistas de esqui, y ademas una posible urbanización con todos los servicios posibles a un lado y otro de ese collado fronterizo. Y no es todo... porque he escrito crímenes. ¿En plural? Si, porque ya hubo dos asesinatos en 1980 relacionados con todo esto y en el mismo pueblo que quedaron semiolvidados, eran gente de fuera. Otro negocio importante de la montaña es la extracción de madera. Por tanto, era muy importante la titularidad de esa montaña, que había quedado muy mal atada a finales del siglo XIX entre los vecinos de Tor. A todos estos actores del drama persigue Porta grabadora en mano en el ambiente gélido de la montaña.

No se trata de reventar la historia contada con detalles, porque en ellos tiene gran parte del interés el libro. Este true crime sin terminar de resolver es una novela de no ficción, por lo que rápidamente le viene a uno el género creado por Truman Capote con A sangre fría. Carles Porta no es precisamente Capote, pero me da que le importa poco. No ha pretendido más que esclarecer un crimen donde ningun otro (policía, jueces, vecinos) ha podido demostrar quién fue el culpable. O quienes. Porta tampoco lo señala, pero tiene su candidato a malo de esta historia. Que cada uno judge, parece decirnos como mensaje final de estas 365 páginas. Tampoco me parece un narrador muy conocedor del pirineo leridano, ni de los modos de vida vigentes de antes ni de ahora entre los habitantes de aquellos valles tan mal conectados con los centros urbanos. Alguna montaña he hecho por allí cerca cuando no tenía ni idea de estos sucesos, y sí puedo imaginar que quien necesite aislarse del mundo en esos valles lo tiene facil todavia. En 2023 habia censados oficialmente 14 personas, y oficialmente había 28 dueños del monte Tor, pero con distintos privilegios a la hora decidir.

El libro es fácil de leer, entretenido, se detiene un poco en personajes extravagantes, sórdidos o frikis que tienen algún interés en Tor, o pasaron por allí. Lo cuenta llanamente, sin darle demasiadas vueltas a temas que no respondan a unas pocas preguntas: ¿Quien tenía motivos para matar a Sansa? ¿Quien dijo estar allí para verlo? ¿Qué secretos guardaba Sansa para fanfarronear tanto? ¿De verdad tenía mucho dinero oculto bajo el suelo de su casa? ¿Quien se beneficiaba de su muerte? Y finalmente, ¿quien fue la mano ejecutora? Una vez mas, son mas interesantes las vueltas que da Porta, con el cámara y el técnico de sonido, para grabar su reportaje televisivo con gente peculiar que le cuenta cosas inesperadas, que la propia contestación exacta a esas preguntas.

jueves, 20 de febrero de 2025

AUA, de Knud Rasmussen

AUA, de Knud Rasmussen


"Si me había propuesto trabajar en particular con los con los chamanes era porque, cómo es fácil de suponer, por lo general son personas que tienden a profundizar más en los interrogantes espirituales que se plantea la tribu. Si bien las leyendas son una buena expresión de la fantasía esquimal, la idea de conjunto de su cultura espiritual hubiera resultado monótona de no tratar de proporcionar una imagen lo suficientemente exhaustiva de la fe y las supersticiones. Solo así se puede captar de verdad algo del pensamiento que ocupa la mente del hombre primitivo."

Un extracto de su largo viaje, en tiempo y espacio, por el Ártico para conocer las similitudes y diferencias de los pueblos inuits que por allí viven. El interés es antropológico desde las confesiones de un hechicero convertido al cristianismo, Aua, y su mujer, que le revela sus secretos de chamán en la isla de Baffin, perteneciente a Canadá. El autor observa las relaciones dentro de la familia y entre clanes, los muchos emparejamientos de mujeres con distintos hombres a lo largo de su vida, así como la antropofagia cuando está en juego la supervivencia de la tribu. Y es que muchas de las costumbres menos comprendidas por los occidentales tienen que ver con la supervivencia de esta gente en un lugar extremo del planeta. 
La temperatura exterior del igloo, durante aquel viaje, andaba por los -30 o -40°C, con una mínima récord de -57°C cuando estaban cazando morsas.

Las muchas horas en el igloo dan para muchas conversaciones, como las experiencias extracorpóreas de viajes a un más allá, la importancia de los tabús, las escenas de caza vividas, etc. Además, da la sensación de que, a lo largo de la vida de un esquimal, según la cuenta, los momentos de falta de caza son unos cuantos y hacen que, por el hambre, sus vidas pendan de un hilo. Al final del libro, cuando más franco se muestra Aua, le explica cómo se convierte uno en chamán, que ritos sufre. Cuenta su propia existencia desde el vientre de su madre hasta su conversión al cristianismo. Y se sincera cuando explica el sentido de tantos tabús, de tantos ritos complicados, de esas historias que pasan de generación en generación: el temor a morir por la existencia que llevan, tan dura, tan desoladora. Ese momento de apertura del alma de Aua es desconsolador: paseó a Rasmussen por algunos igloos, vieron venir a los cazadores con las manos vacías en un día tormentoso, casi sin luz, para explicarle que hay muchos aspectos de sus vidas diarias que les producen miedo.

En otro momento del viaje Rasmussen vuelve a hospedarse con Aua, y el autor refiere cómo adoptó el cristianismo y sus ventajas al suplantar las antiguas creencias. Sin embargo, las viejas costumbres se mantuvieron más tiempo. Aua dejó de ser el chamán para ser el responsable cristiano de los recién convertidos, su familia. Solo así pudo Rasmussen conocer los misterios de la antigua creencia, sin miedo a ofender a los antiguos espíritus puesto que Aua ya se había despedido de ellos. Conoció las visiones de Aua, los viajes después de la muerte, sus viajes al cielo y al fondo del mar.

De la interacción del blanco con los esquimales da cuenta un ejemplo, el asesinato de un comerciante blanco por un esquimal, el choque de mentalidades y las consecuencias para los nativos del Ártico. 

Muchas leyendas son patrimonio común de esquimales en Canadá o Groenlandia. El libro prosigue con un compendio de los tabús que, bien pensado desde muy lejos, es una locura seguir. Lo mismo que con los amuletos, todo está en no perjudicarse cabreando a los espíritus de los muertos, ya sean humanos o de animales cazados. Uno piensa en la bondad del cristianismo, la nueva fe de Aua, en comparación. Por eso hay también malos espíritus, los enfadados, los espíritus de la montaña, de animales fabulosos y los troles de los ojos, y a todos ellos los aplaca el chamán. Luego quien recuerda su vida es la mujer de Aua, llamada Orulo, que significa Difícil. 

El libro tiene una parte de literatura de viajes por las desolaciones árticas, su rara y rigurosa belleza, y también de viaje por ese caminar, hasta donde se puede, en la mente y el corazón de los esquimales, con esas rarezas para mi, que nada se de ellos. Satisface mucho esa curiosidad si tienes ganas de viajar a través de un libro si buscas algo más que un relato de turista o de deportista.

Que las pocas páginas del libro no alienten una lectura escasa de contenido.

martes, 18 de febrero de 2025

ORIENT-EXPRESS, EL TREN DE EUROPA, de Mauricio Wiesenthal

ORIENT-EXPRESS, EL TREN DE EUROPA, de Mauricio Wiesenthal


Este libro ha sido una experiencia un tanto presuntuosa. Su autor nos describe su temprano amor hacia este tren que hace las delicias, todavía, de los amantes de la opulencia. Básicamente es una experiencia viajera que Wiesenthal nos vende para intelectuales con gusto refinado. Nos cuenta los orígenes del tren, sus peculiaridades qué lo hace diferente a otros en cuanto te subes: el servicio, los modelos de vagones, las miles de anécdotas que lo acompañan a lo largo del siglo XX, su decaída y resurrección gracias a magnates que fueron encontrando vagones perdidos y maltrechos por toda la geografía europea al finalizar la II Guerra Mundial. Para él, la muerte del tren ocurrió en octubre de 1977: fue su último viaje, y pronto se subastaron vagones y cualquier otra cosa que recordara estos viajes. Algunos vagones formaron parte de otras líneas de trenes lujosas, como el Train Bleu donde se unían en 1976 a otros vagones de lujo de la época del imperio austrohúngaro. La mayoría, posteriormente, los fue adquiriendo el naviero James Sherwood y su esposa para poner en marcha otra vez, restaurados, la línea del Orient-Express.

La historia, desde 1887, es la de un hotel rodante, la de un flujo de ideas de un extremo a otro del continente, y eso nos lleva a conocer la historia de Europa desde la historia de las fronteras que atravesaba, tan cambiantes en un siglo. Eso viene aderezado con los hermosos diseños con que se construyeron, el lujo de sus terminaciones, las distintas líneas o derivaciones de la línea Londres-Estambul. Las películas inspiradas en el tren, las personas famosas que lo frecuentaron, por ejemplo las veleidades fastuosas de Hassan II de Marruecos (porque todo lo relacionado con este tren es arte y tradición), del rey Eduardo VII, de Josephine Baker, la Sisi de los Habsburgo... Proust sale intermitentemente, se nota que le gusta. Están La Bella Otero, incluso un fragmento dedicado a ferroviarios y fogoneros. Están la vida de un magnate de las armas y el espionaje internacional como fue Zaharoff, del diplomático sueco Wallenberg.  Es la crónica de sus descarrilamientos, averías de la calefacción en medio de la desolación cubierta de nieve, atascos por aludes, ataques de bandidos con el tren detenido y los postes del telégrafo caídos. Y algún atentado. Lo que no oculta, es su rechazo al mal gusto, a la falta de orden y la vulgaridad, al comunismo, el nacionalismo y el mayo del 68. Es que este libro es realmente una excusa para ajustar cuentas sentimentales con casi todo.

Si solo fuera esto, no habria tenido mas de una gana de abandonar su lectura. Lamentablemente Wiesenthal no nos priva de sus gustos muy personales, sus prejuicios que poco me interesan, los comparta o no. La parte más personal de su vivencias ocupan fundamentalmente la segunda parte del libro, cuando llega a Estambul en un relato que parece sacado de una novela con influencias victorianas.

El se define en su gusto por lo romántico y decadente. Y eso impregna cualquier atisbo de verdad que uno pueda encontrar (¿Verdad aquí? Será cinismo). Siento su estilo convertido en pose para el lector. Y con su experiencia, ha convertido el viaje en el Orient-Express en un cuento de Las mil y una noches, nos ha metido en una burbuja de gusto por lo decadente, lujoso, individualista, de mirada paternalista hacia los que cumplen la función de servirle (ya sea camarero, fogonero o artesano de la marquetería), de esos que piensan que todo esfuerzo conlleva su premio inevitablemente, la admiración, el respeto social. Es un moralista chusco, anticuado y metido en una burbuja apartada de la realidad de los trabajadores. Quiere ser un émulo de Stefan Sweig pero le falta calidad y agudeza. Se impulsa en los cotilleos aristocráticos y recuerda a la prensa rosa de aquel Villalonga del siglo pasado.

"...porque los que compartimos una fe -especialmente los más sencillos de alma- nos entendemos, hasta el fondo del corazón, con cuatro palabras, miradas y gestos". Mauricio Wiesenthal, antes muerto que sencillo.

Para quitar el mal sabor de boca, unos párrafos mejores:  "Aprendí en el ya largo trayecto de mi vida que lo importante no es lo que podamos hallar en nuestro destino -aunque lo llevemos tan lejos como el más allá-, sino todo cuanto hemos aprendido, amado y esperado en las horas de búsqueda y de viaje."

Pero luego se deja esta perla: 
"No sé hasta qué punto los europeos son hoy conscientes del orden internacional que se perdió con las guerras mundiales del siglo XX, y dudo de que queden muchos espíritus lúcidos y capaces de denunciar las charlatanerías de cierta prensa, las mentiras de algunos educadores y políticos, y la falta de respeto a los sagrados valores del trabajo que son el único fundamento del progreso. Todo pueblo enriquecido que no vive en la exigencia del trabajo y de la cultura está condenado a la violencia, a la irresponsabilidad y a la ruina.

Leo este último párrafo y me sorprende su falta de autocrítica: si tan poco le gusta nuestro tiempo, y le parece más razonable el suyo, ¿como han dejado torcerse las cosas de esta manera, según las ve? ¿O se limpia las manos? No digo que ahora todo fluya maravillosamente, pero sin duda, a cada tiempo sus problemas. Pero como le pasaba a su maestro Stefan Sweig, creo que el también parece haber vivido en la burbuja de la cultura, la alta sociedad, el placer, el buen gusto... no creo que le haya tocado tirar de pico y pala, o conducir una carretilla elevadora ocho horas, sin saber que hay más vida siempre. Hay otras partes menos bonitas pero incluso más interesantes. Echar flores a los empleados, como hace el autor en este libro, es como echar una propina al camarero porque te puso buena cara aunque por dentro este hasta los cojones del trabajo, del jefe, del autor y de todo lo que se menea por un montón de motivos que pueden tener mucho que ver con el adorado Orient-Express y él es incapaz de anotar. Solo si crean una belleza artesanal para él, celebra a esta aristocracia del trabajo manual, que tiene su mérito innegable. Pero utilitarista, solo cuando le sirve para su placer. Para evangelizar sobre la ética del trabajo, debería hilar más fino. Que bueno es el trabajo... cuando eres el cliente, y te lo puedes permitir. 

El libro desprende un olor a polilla desagradable. Cada tiempo tiene sus más y sus menos. Habría que saber lo que decían los hombres de la edad que ahora tiene el autor sobre un tren con tantas ínfulas, en 1887 o después. Según creo, la revolución industrial pasaba una factura muy dura a gran parte de la población. ¿Qué diría de un tren del lujo y la ostentación? Valoro positivamente las anécdotas y los datos, lo que menos aprecio son las valoraciones moralistas de brocha gorda y ancladas en el pasado del autor, ciegas a lo que no es capaz de entender aunque esté siempre delante. 

"El lujo es para mí, la conservación del arte y de la historia. Y todo lo que no tiene espíritu me parece de mal gusto". Yo diría que este hombre confunde el lujo con el espíritu.

En definitiva, un autor encantado de haberse conocido a través del Orient-Express. Como dice al final, no todo lo que uno sabe lo ha tenido que ver obligatoriamente, afirmación clave para la segunda parte del libro. Esta más interesado en la belleza que en la verdad. Una experiencia muy alejada de mis intereses en general, por lo que de este libro, al final, se me olvidará lo leído en seguida. 

lunes, 17 de febrero de 2025

CUENTOS DEL LEJANO NORTE, de Thierry Mallet

 CUENTOS DEL LEJANO NORTE, de Thierry Mallet

Mallet se dedicó a la compra de pieles en el norte de Canadá durante las primeros años del siglo XX para una empresa que rivalizaba con la famosa Hudson´s Bay Company. Su anecdotario debía ser rico, y el un buen narrador oral, porque sus jefes le animaron a escribir esos recuerdos de sus viajes por territorio inhóspito, naturaleza salvaje, en estado puro. Su contacto también con los indios deja un buen sabor al hombre de frontera americano, tal vez uno de los últimos, en el norte de Quebec. Con toda su carga de buenismo hacia un trabajo que debía ser muy duro y en un ambiente hostil de verdad, me ha parecido muy ameno. Se ve que recuerda con cariño aquella vida con sus animales salvajes como alces atravesando ríos, noches de acampada, indios que se acercan a pedirles algo, novatos de la ciudad buscando oro, inuits en la costa de Labrador, la supervivencia de los esquimales en la Tierra de Baffin, colonos rusos dispuestos a emprender una nueva vida por encima del paralelo 53... Son todo historias cortas y fáciles de contar, y por tanto, de leer, de quien lo ha visto todo por aquellos parajes hace un siglo. Es un versus entre vida natural y vida urbana, entre trueque y capitalismo, entre sobrexplotación de recursos y compromiso con la naturaleza.
El ultimo capitulo es una afirmación personal de lo mucho que amo este estilo de vida que me ha encantado




viernes, 24 de enero de 2025

RECUERDALO TU Y RECUERDALO A OTROS, de Ronald Fraser

 RECUERDALO TU Y RECUERDALO A OTROS, de Ronald Fraser

El libro tiene la genesis que muchos quisieran para si: a mediados de los 70, un inglés se dedica a entrevistar a gente que pasó la Guerra Civil como pudo, personas con nombres y apellidos de ambos bandos y distintas afiliaciones políticas: sus motivaciones, sus experiencias en el frente y en la retaguardia. El miedo al otro en muchos casos es a tu vecino, a tu compañero, incluso a algún familiar. Si en un libro das la palabra a todos y en todas partes, difícilmente queda una historia de buenos y malos en medio de la guerra. Otra cosa son los preparativos o lo que vino después. Fraser grababa los testimonios en cintas y las enviaba a Francia con el miedo a las autoridades en el cuerpo, porque pese a las décadas pasadas, había mucho miedo a los franquistas, y con razón. Solo es bueno quien pasa por el aro. 

Después de leer algunos libros años atrás, siempre he evitado volver sobre estos temas de manos de autores españoles: hay mucho resentimiento, y algunas veces alguna tergiversación de los datos. Pero viniendo de alguien de fuera, con datos de fuentes originales, dando la voz a todo el que viviera aquellos años en España sin importar lo que pensara, y leyendo que tiene muy buenas referencias desde que se editó por primera vez en los 70, me animé a comprarlo. Además, ha sido difícil hasta el 2024 encontrar un ejemplar porque hacía mucho que o se reeditaba. ¿Que tiene de distinto este libro a la cantidad ingente de libros sobre la Guerra Civil española? Pues que en otros se pone el acento, por ejemplo, sobre lo que hizo el general Mola, sobre si Franco pudo haber acabado antes la guerra o dejo que su retaguardia limpiara físicamente cualquier atisbo de oposición; cuándo se disparó primero, si en el 31, el 34 o el 36, si los hermanos Machado estaban enfrentados o no, que si la Pasionaria, o donde fueron a parar los restos de Lorca; que si Queipo de Llano, o cuantos salvo el embajador de Noruega. En general muchos libros parten de un personaje o hecho notable para darnos una perspectiva ajustada a ese inicio de libro. Otros van al combate ideológico. Aquí la voz en primera persona la tienen lo demás, aquellos que se perdieron ya por los desagües de la historia. Personas que ya no son historia porque no eran nadie salvo para su familia. Pocos son de mayor importancia que esa. En realidad, aquí habla gente anónima como la mayoría lo somos, aunque los medios luego señalen a tal o cual. Esos tal o cual no son aquí los más importantes, ni mucho menos. Por tanto, aunque a alguno le pese, gente de un mismo estrato social, por ejemplo campesinos pobres, pueden decirte que estaban a favor del socialismo o a favor del alzamiento. Cada uno sabe por qué, y lo dice. De eso va este libro, de acoger todos los testimonios o sentimientos posibles, aunque sean contradictorios o contradigan el discurso actual de una corriente política de la historia.

¿Y qué aportan estos hombres menos conocidos, a veces sin formación, a veces con la conciencia herida, con una visión particular? Creo que aportan algo muy valioso, difícil de cuantificar en cifras, pero que explica muchos detalles de aquellos años, detalles que muchos escritores serios pasan por alto y que los datos no pueden explicar del todo: el estado de ánimo de la gente, como les llegaban las noticias y que suponía para ellos, que actitudes y que estado de ánimo generaban para decir o hacer algo, o no hacer nada, o tomar la decisión a todas luces equivocada pero que les surgía del corazón. Se cuentan situaciones de personas que fueron un punto y aparte en sus vidas, cuando las cosas podían haber sido de otra manera. Esas decisiones que a veces nos toca elegir cuando nos ponen contra la espada y la pared. Porque, muchas veces, son personas con muy pocos recursos a los que acudir. Eso no te lo cuenta cualquiera, decide el curso de muchas historias personales, y aqui esta contado y escrito.

También hay mucho de historia tal como la conocemos. Fraser se dedica a poner en orden cronológico y a situar estas historias personales en la fecha y geografía del entrevistado cuando recuerda su experiencia. El relato oral adquiere entonces mayor sentido ya se trate del susto inicial del 36, los avances nacionales del 37, el final del frente del norte, el empuje de los comunistas, la gente que se tiene que esconder en Madrid o en Sevilla por las causas sabidas. También la situación en la que vivían muchos de los entrevistados, agraviados, obreros mal pagados, despreciados y humillados. Explica una clase social de empresarios y parte de los políticos que piensa que, en definitiva, cada uno está donde dios lo puso, que para eso esta Dios. Un desorden así la República no lo soluciona en dos días, aunque parece que volver al pasado no estaba en los planes de la mayoría de uno u otro bando. Incluso hay proclamas de Franco al principio de la sublevación acabadas con el ¡Viva la república!, muy curioso. Pero eso lo cambiará después por el Viva España. 

El libro da voz a muchos aspectos de la sublevación, los meses iniciales, con dilemas como: ¿primero ganar la guerra o hacer tambien la revolución?. Para unos es un desastre la organización productiva de las empresas de Cataluña con la CNT. Para otros no tanto. Para los comunistas, tiempo desaprovechado para poner orden y acabar haciendo una especie de capitalismo de estado. Hay un jolgorio de voces bastante grande en mi opinión, como debía ser entonces en el bando republicano. Una Cataluña metida en colectivizar industrias y sectores económicos con resultado irregular, Asturias centrada en la guerra cuyo frente estaba a las puertas. Otros todo lo contrario, intentando salir al paso de cada nuevo problema diario con la mejor voluntad. En general, dos focos tan activos en favor de la república como Asturias y Cataluña responden a la sublevación de forma significativamente diferente, y merece la pena ver las diferencias y a que se deben. España es muy diversa, la ha sido desde siglos, y eso que es más bien pequeña. En este momento tan crucial, en el territorio republicano eso se nota mucho, en el franquista no. Como la continua confrontación de socialistas contra anarcosindicalistas por el derecho de propiedad de los medios de producción, de bienes y servicios. Mucha discusión política para no ver la desafección de la gente que se ve desposeída o mal dirigida. 

Pronto se ven las diferencias entre un ejército de verdad y el otro, que es de entusiastas en el norte. O también lo que Fraser señala en la página 334: el localismo era el leit motiv de las fuerzas republicanas. Un ejemplo de localismo fue la defensa de Oviedo: el engaño de Aranda, la cantidad de gente que era neutral pero que incluso se puso a defender Oviedo cuando los bombardeos de los republicanos arrasaban centros civiles, los pocos fusilamentos como venganzas en ese periodo, el empecinamiento de la estrategia del comité republicano y su falta de armas... es una parte emocionante desde los recuerdos de los combatientes entrevistados de un lado y otro del frente. Es la historia contada a pie de calle, en la trinchera, detrás del fuego de la ametralladora, rompiendo tabiques de pisos en una guerrilla urbana, o tirando piedras porque ya no quedan balas. Gente que empezó haciendo la guerra con una lanza (página 450)

Llegados al final del capítulo Otoño 1936, sorprenden varias cosas. Que los rebeldes esperasen acabar pronto, que un número altísimo de civiles saliera a la calle a defender la República y, sobre todo, a no volver a lo vivido antes. Que las agrupaciones políticas, a veces tan diferentes, salieran a rechazar el alzamiento, y el mismo entusiasmo que les empujó a hacerlo les impidió en muchos lugares ponerse de acuerdo. Que pronto se vio que, sin los comunistas, el orden en el frente y sin material, se venía abajo. Parece que la mentalidad madrileña era repetir el 2 de mayo de 1808, y que las cosas salían solo por echarles más cojones que el otro.

 Se recuerda el papel de Unamuno en Salamanca.  Se comentan los fusilamientos de Paracuellos y Torrejon de Ardoz por parte republicana, y finalmente cómo empezaron las represalias políticas contra gente inocente, como el hijo de Clarín, o las hermanas de un comunista en Sevilla, todo muy recordado por los supervivientes con evidente emoción después de décadas. Incluso parece que los militares sublevados no querían llegar tan lejos en un principio. Pero, independientemente de buenos y malos, ¿como se le ocurre a alguien iniciar una guerra contra media España para matarla, encarcelarla, robarla, separar familias, romperlas, dejarla muchísimo peor de lo que estaba, solo porque no te gusta lo que ves, cuando las diferencias sociales, económicas e ideológicas son tan grandes, si hasta Queipo de Llano lo veía? Si hubieran sido unos muchos contra unos pocos tampoco hubiera estado justificado pero se hubieran quejado muchos menos y ya se hubiera echado tierra al asunto como siempre ha ocurrido, por muy injusto que fuera. Pero aquí, en la España de 1936, tienes que destrozar la vida de millones de personas. ¿Cómo piensas arreglar después eso cuando ganes? Dejas un país mucho más atrasado, más humillado, más avergonzado, hambriento, más atrasado, que ya disponía anteriormente de pocos recursos... pero ya sabemos lo que paso despues para que nadie levantara la voz. Me recuerda en malignidad a la represión soviética. Me dan igual las diferencias ideológicas. Esto está muy claro: aquí entran dos, pero solo sale uno. Y punto. 

Defender esto da asco.

Invierno del 36: se empieza por Andalucía, se cuentan los fusilamientos en masa, y como entrar en la saca o salir de ella era pura suerte. Se cuentan ejemplos dolorosos de recordar por parte de un fiscal. Están las movidas de Queipo de Llano, que lo mismo deja fusilados tirados en los barrios obreros de Sevilla que te levanta casas baratas para ellos. Está la mala administración del campo en Castilla la Vieja (la de antes), y testimonios agradecidos sinceramente de jornaleros al alzamiento nacional. Pero, sabiendo otros iguales que ellos, que siempre habían sido explotados, ¿que motivación pudo empujarles a alistarse? Pues que les empujaron desde distintas instancias, y ya venían muy al límite de la subsistencia. En realidad, hay muchas respuestas dentro del campesinado, la clase social más desfavorecida,  y son varios los motivos a uno de esos enigmas difíciles de entender 90 años después. Esta el creciente peso de los comunistas en el gobierno y en la administración de la guerra frente a los libertarios. Los escondidos en las embajadas, los que buscaban refugio entre la familia que los rechazaba (más historias de miedo y asesinatos en Málaga), la inesperada ayuda de gente del otro bando que no se deja cegar por el odio, las checas temibles. Se cuentan casos de encarcelamientos y amenazas de muerte dentro del mismo bando, o el caso de pasar 4 años en la cárcel, atenuando una sentencia a cadena perpetua, del lado nacional por una denuncia anónima sin causa justa.

¿Y del amor? Por ejemplo, la chica de Beceite enamorada de un compañero de Durruti. Interesante ver las reacciones de la CNT. De la educación, se valora como uno de los grandes logros pero se dice poco. 

Todo lo contrario que Bruno Ibáñez, un sanguinario represor en sus distintos destinos por Andalucía hasta que el mismo Queipo de Llano se lo quitó de encima. 

Primavera del 37: este es un capítulo de choques ideológicos en cada bando y como se resuelven. Primero, el cabreo de falangistas y sobretodo de carlistas cuando Franco los unifica en un partido. Se describe esa primera frustración dentro del bando nacional. Después llegan las estrategias comunistas al dictado de Stalin para cooperar en la guerra. Y luego está el lío mental de los anarcosindicalistas y la CNT. Además de los antimilitaristas que solo defendían la guerra para hacer la revolución desde abajo, había otros anteponiendo la victoria a toda costa y deseaban militarización las milicias civiles. Con los comunistas no había trato fácil, solo estos suministraban material militar en cantidad con la condición de la militarización. Así, ganaron el peso social que no tenían al principio. Tengo la sensación de que la CNT tomó varias decisiones que les eran coherentes a su ideología en tiempos de paz pero la cagaron a lo grande durante la guerra. Ahí estaban los comunistas para ocupar los huecos que ellos despreciaban. Por otro lado, hay detalles ideológicos no tan lejanos entre CNT y la Falange original. En Aragón fue diferente, allí la CNT si ocupó espacio político y colectivizo pueblos enteros según los gremios, aquí entran las experiencias de Más de las Matas , Alloza y algunos ejemplos más que, sin embargo, acabaron peor. El periodo culmina con una gran cagada para el curso de la guerra en favor de la República: los comunistas atacan a los del POUM en Cataluña y luego en Aragón, matan a un montón de esta gente, como a Nin. Lister deshace las colectividades. Deja a los de la CNT presos de sus errores estratégicos en política, pensando si no serán ellos los siguientes. Aquí los testimonios son abundantes y muy apesadumbrados.

Sigue con la caída del frente norte, algunos se esconden durante meses en túneles, otros escapan en barcos pesqueros, algunos presos nacionales son  enviados a su bando para que no los fusilen, muchos fusilamientos de todas maneras. Familias numerosas con los hijos divididos ideológicamente. Recuerdos duros, sufrimientos y culpas para toda la vida. Y civiles a la caza de los rojos escondidos por los montes con la zona norte conquistada. Acaba con la experiencia de los niños de la guerra en el exilio. 

Invierno 37, verano 38: Teruel se gana y se pierde, con alguna anécdota que da pena y dice mucho de cómo se pierde la guerra. Los comunistas y el PSUC se vienen arriba en Barcelona, la CNT todo lo contrario después de los graves sucesos de mayo anterior. La desafección por ganar la guerra de los catalanistas les hace incluso salir de España, ya que no creen que la República que están defendiendo sea la original. Creen que Franco les dejará tranquilos... pero eso no pasará. Hay un desorden tremendo que no siempre los partidos, ni la mejor de las intenciones, pueden controlar. Es un periodo de evidente decadencia para la república: Madrid resiste pero la moral de la retaguardia baja en la zona republicana. Se cuentan casos de deserciones, de ejecuciones ejemplarizantes, de gente que intenta ser neutral, ocultar sus opiniones y solamente sobrevivir. El último gran esfuerzo bélico republicano, la batalla del Ebro, se malogró, y nadie gana batallas decisivas, aunque Franco ya ha partido la República por la mitad.

Invierno 38-Primavera 39: comienza con total escepticismo, se preparan retiradas y evacuaciones cuando Madrid no ha caído todavía. Parece que el gobierno sólo se puede apoyar en los comunistas, de los que el resto recela, tanto los tibios de la causa como otros que lo han dado todo. Los testimonios generales ya denotan cansancio de la guerra, de una República que con comunistas no es la suya, y que piensan que con los nacionales no habrá represalias. La retaguardia franquista es todo lo contrario: segura y entusiasta de que van a ganar.

Cuando Madrid cae es en medio de un caos donde, por ejemplo, salen miles de nacionales de sus escondites durante el tiempo de guerra desde el 36. Todos los republicanos huyen a Valencia, Gandía o Alicante con la esperanza de escapar en barco, pero al final quedan atrapados entre el mar y el ejército ganador. Los suicidios dejan más cadáveres en el puerto, otros escapan por poco tiempo y la mayoría pasa por campos de concentración. Contextualizado el asunto, se nos presenta el fin de muchos republicanos que, habiendo llegado hasta aquí, serán fusilados de inmediato, condenados a muerte o a años de prisión. Los que aun podian contarlo en 1975,  dijeron a Fraser como les fue: gente que cruzó a Francia, que pasó por los campos de trabajo alemanes, que volvió a España al maquis... Tampoco muchos del bando vencedor quedaron contentos: los carlistas, obviamente estafados. Los falangistas,  engañados. Gente que se lamenta de que el régimen no ayude a cerrar heridas entre españoles, que sólo conmuta penas de carcel por la mano de obra barata que necesita porque hay miles de encarcelados, miles de muertos y un país en peor situación socioeconómica que en el 36. El último tramo del libro es conmovedor, ilustra que el hombre común de cualquier bando no tiene nada que ganar, ni de que enorgullecerse. Que el franquismo sólo ha favorecido la creación de empresas, el enriquecimiento para su gente más cercana a costa de la continua represión del trabajador de izquierdas, pero también de la falta de oportunidades para tantos del lado vencedor. Franquismo, lo de siempre.

Hay un apéndice final en las 820 páginas del libro que da paso a una explicación económica, y del malestar en la sociedad civil y militar, para explicar el origen del conflicto. Se titula muy gráficamente Puntos de ruptura, me gustó.

jueves, 23 de enero de 2025

MATONES, de Bingen Amadoz

MATONES, de Bingen Amadoz


"Vivimos en una tierra que oculta centenares de cadáveres y esa tierra es la que vemos desde nuestra casa".

Son historias reunidas para evitar su olvido, el de los represaliados en la retaguardia del ejercito franquista desde el 18 de julio de 1936 en Navarra. El olvido gubernamental, y el de los vencedores, la gente que tambien saco su tajada economica despues de la guerra civil y pasaron a ser los ricos de Navarra quedándose con los despojos, los monopolios y los robos. Mucha gente manda en Navarra gracias a aquella herencia. Otros no sacaron nada, generalmente los enviados como sicarios. Si uno quiere perder todo el respeto a cierta gente, no tiene más que leer este libro. Da mucho que pensar acerca de lo equivocados que podemos estar sobre lo que opinamos de muchos de nuestros vecinos, compañeros de trabajo, incluso algún familiar; y de lo que pueden pensar de nosotros cuando la polarización social alcanza estas cotas tan extremas. Algunas llegan al libro desde la memoria de alguien que tuvo conocimiento directo de ello, o por conocer a alguno de los protagonistas de un bando u otro. Muchas veces son hechos que la gente conoce porque siempre se contó en dentro de las familias del pueblo. En general son historias de una cacería de carlistas o gente de derechas, tal vez falangistas, contra rojos. Si acaban huyendo estos últimos, aun no ha acabado mal la cosa, porque es más normal que los rojos acaben asesinados y enterrados de cualquier manera con la connivencia muchas veces del clero. Así que asistimos a un libro donde se apuntan todos estos sucesos, a veces con nombres y apellidos de los criminales. Si todo hubiera quedado en el 36, pero no. Muchos de estos matones prosperaron hasta su muerte, otros no, y muchos de nosotros pudieron cruzarse en la calle con ellos sin saberlo. Algunos hasta presumían de lo que hicieron delante de los hijos de sus víctimas, como cierto jefe de policía Municipal de Tudela. Por ejemplo:
Un viejo de 75 años de Cascante arrepentido de haber matado a varios vecinos a los 15 años. Monreal, verano del 36, un hombre llamado Martel acaba con la vida de un segador en plena faena de agosto. Lo entierran a 150 m de donde cae. En Legarda un tal Barrabás de mote, descubre la presencia de un republicano que huye de Larraga a los Guardia civiles, que lo matan y entierran por allí. Algo parecido ocurre con un cura en Cascante. Son bastantes los casos como el de Obanos, un hombre joven llevado al fuerte de San Cristóbal y de alli asesinado y enterrado junto a otros, sin saber exactamente donde, y solo por pensar muy distinto a un requeté. El Foro, de Caparroso, un asesino nato. En casi todos los casos al grupo de asesinos lo lidera un hombre conocido del pueblo, del que a veces se da el nombre o el apodo. También era frecuente robar a la familia del asesinado el aceite, el grano de trigo, los sacos de harina, el ganado... y la familia restante quedaba en la miseria, los hijos repartidos entre familiares. A veces se mataba a los hijos después por miedo a que, cuando fueran mayores, cobraran venganza. El caso de curas que favorecían esta matanza es frecuente, por ejemplo un tal Santos Beguiristain, cuyo hermano era muy amigo de Fraga Iribarne, el fundador del PP actual. Uno de los personajes con más páginas es el padre Hermenegildo, capuchino de Fustiñana y residente en Jaca.

El autor señala a los falangistas, una especie de escuadrones de la muerte típicos de cualquier conflicto armado en países que miramos por encima del hombro, y a los carlistas, los requetés que se parecen más a yihadistas por su talante no solo violento, áspero y camorrista, sino religioso (pero no católico de verdad). La guardia civil no aparece apenas, así que la historia de la guerra civil en Navarra se centra en lo civil, no en lo militar. En todo eso que avergüenza y se ha callado durante decenios con aquella frase que yo mismo he escuchado muchas veces: "aquí no pasó lo que en el resto de España, aquí no se mató a nadie". Aunque repugne lo que pasó, no se puede decir que no pasó, y para evitarlo, y así no seguir insultando a los supervivientes y a los muertos de forma tan miserable e indigna, lo mejor es contarlo. Que la parte franquista ya se regodeó en su momento, sin censura y con todas las facilidades que ahora son imposibles. La lectura es de muchos y pequeños capítulos, tantos como tantos sucesos se cuentan. Es emocionalmente intenso.

De algunos es difícil detallar algo concreto, como de Marcelo de Kundinea: ¿ qué hizo exactamente y en donde? El tono del relato se apoya en una prosa acusadora, en poner mucho sentimiento para hacernos saber lo que esto duele a la gente todavía. En ese aspecto, el libro me desagradó, no necesito esto para saber quienes son los delincuentes, ya es dura la historia por si sola, pero no oculta en ningún momento que él mismo perdió a su abuelo y a su tío, que él mismo pertenece a una familia represaliada, así que el calentón está más que justificado. Venía de leer Recuerdalo tu y recuerdalo a otros, que me impresionó mucho con un tono más mesurado que agradecí. El autor ha recuperado los testimonios de los testigos que aun quedaban, lo que quedó en la memoria de lo que sus padres les contaron, y en algunos documentos. Por ejemplo, el conocimiento que tenía un hombre acerca de un falso mendigo que su abuela recordaba de cuando la guerra. Un chaval entonces que parecía más bien un fugado. Igualmente, la memoria aporta recuerdos y pocos datos para identificar a aquel hombre sin nombre. Aparecen en otros recuerdos personajes conocidos como Antonio Lizarza, amigo de Jaime del Burgo y presidente de Osasuna. La andanada contra Jaime Ignacio del Burgo, hijo de aquel, es antológica, hay que leerlo para saber que era el cabecilla de un montón de terroristas. 

Las historias van por pueblos: de Castejón, de Alsasua, de Sartaguda, de Berriozar, los fugados del fuerte de San Cristóbal, de Tafalla, de Olite donde el cura sale a cazar rojos a caballo: de este personaje, el párroco Ona, sorprende la carrera clerical que llevó hasta hacerse con el obispado de Lugo y morir en 1987. Pasó del carlismo a la falange, según cuenta el autor, cabreó a los suyos con ese requiebro típico de los trepas del momento y, en definitiva es el clásico cura que le quita a uno las ganas de creer en la iglesia. Otros personajes, al no ser nadie en líneas generales, solo gente del pueblo, o como mucho alcaldes, tienen historias de sus asesinatos fáciles de contar. 

Están las historias, alguna bestial, de las represiones en Lodosa: incluso el caso de una represaliada al que asesinaron al padre, que huyó en cuanto pudo a Argentina y alli tambien la dictadura le arrebató una hija. Bestiales son las anécdotas de la saca de la cárcel de Tafalla camino de la tejería de Monreal (64 personas). Pero no fueron los únicos en aquella fosa, allí fueron a parar gente de Aoiz (y se cuenta como y quienes) Lo que impresiona es que son gente conocida, no muy lejana nosotros en el tiempo, ni en distancia, y puede que conozcamos a hijos o nietos de asesinados o de asesinos, o mas fácilmente (porque ya no lo ocultan) de testigos. 

Algunas historias son de matones puros y duros, de los que matan por encargo. Otras historias vienen avaladas por el padre Barandiarán, que huyó y se refugió en Xara hasta 1953. Cuenta la entrada de hordas carlistas en Guipúzcoa para ir llevándose gente de los valles y asesinarlas.  Esas bandas incluían a curas.

En conclusión, un relato duro de leer, demasiado cercano para nosotros, que explican muchos detalles de la forma de ser de los navarros, esa cara B del buen talante que se nos adjudica no sin razón también. Estas matanzas de llamar a las puertas, amenazar a la familia apuntando con pistolas y fusiles traídos desde años antes (por ejemplo, de la Italia de Mussolini en preparación de estas matanzas) para que el buscado no se resistiese, arrancarlo de su casa, montarlo en un camión y fusilarlo en un campo, contra una tapia o por la espalda, es una de las lecturas más duras de los últimos años por tres motivos: no me lo esperaba (ha habido décadas de silencio impuesto y muchos medios actuales no reflejan este hecho), los hechos no son tan lejanos como para no haberme cruzado con un protagonista de alguna matanza o con su hijo, y en tercer lugar me pasó que durante años iba a correr por el monte San Cristobal, culminado por un fuerte. Allí hizo la mili mi padre en los 50. Un dia, en un lugar de mi recorrido habitual vi la tierra removida sin saber por qué. Resulta que utilizaba un sendero pegado a la sepultura de 5 de estos asesinados y los acababan de exhumar. Está todo demasiado cerca. Hay que recordar que las potencias extranjeras estaban tan preocupadas con lo que pasaba en la retaguardia de Franco que le dijeron que se cortara un poquito... Creo que me ha dejado el cuerpo como cuando leí un libro sobre las matanzas de Rwanda, de hutus contra tutsis: Queremos informarle de que mañana seremos asesinados con nuestras familias. Igual de aberrante. Aquí no se puede decir que los rojos amenazaran a las derechas con nada. Tampoco se busca venganza, sino reparación de la memoria y justicia.

Una entrevista al autor sobre cómo consiguió estos testimonios: aqui. Y también aquí.

Aqui una web con el visor de lugares donde hay fosas intervenidas, fosas no intervenidas, lugares de la memoria y posibles localizaciones en fosas.navarra.es  

Finalmente Hamaika Telebista tiene en Youtube varios documentales sobre el tema, tales como este de lo que pasó en Cortes, aqui.

miércoles, 1 de enero de 2025

EL REY SE INCLINA Y MATA, de Herta Müller

EL REY SE INCLINA Y MATA, de Herta Müller


¿Qué se puede decir de estos ensayos de Herta Müller? Que mientras los silencios en sus novelas son elocuentes y ricos en matices, aquí ella ha decidido hablar. Y según parece, desvelar los trazos de su desgarrada poética en prosa con alusiones a su biografía y al significado de sus metáforas.

El segundo es más complejo, trata de ese rey que parece inoculado en la vida de los rumanos para siempre. Como un virus del miedo que sabotear tu vida hasta destrozarla por medio del miedo a muchas situaciones concretas de la vida, al exilio, a la gente en general. Ese rey es un dictador, un régimen totalitario, un tipo de persona que te viene a buscar a tu hogar a altas horas de la noche... bastante complejo el capítulo al principio, luego las cosas se aclaran desde el hilo de seguir a ciertas palabras que se enriquecen con nuevos significados, entreverado con ilustraciones de la vida real en Alemania o Rumanía, fobias actuales que sufre debidas al regimen de intimidaciones recibidos o los recuerdos de suicidios e interrogatorios con agentes estatales. Cuando el rey se inclina sobre ella, cuando pone en ella sus ojos, es que está a punto de lamentarlo. Además, el texto explica el origen de su afición por los collages de palabras que acaban formando poemas, y también explica el significado profundo de algunos detalles de sus novelas, como los pelos, los cortes de pelo, los lazos, etc.

Los textos son muy autobiográficos, como en el que describe las amenazas de muerte en Berlín, después de otras, y como el estado rumano era capaz de pudrirlo todo. O cuando habla del valor del silencio que ella aprendió en el campo frente al bullicio social de la ciudad. 

En realidad, es una malabarista de las palabras y los objetos. Una palabra puede tener más de un significado como es sabido, pero también añadirse a una palabra otros significados que la experiencia de uno mismo crea. Con los objetos hace lo mismo, y lo ejemplifica en el cuadro de la mujer en camisón del vagón de tren alemán, por dar uno de muchos ejemplos.

Junto con su experiencia en los interrogatorios, rebaja mucho las expectativas de eso que a veces llamamos la Mirada Distinta de los escritores. O la imposibilidad de una forma de ser diferente a causa del adoctrinamiento a los chavales en el colegio.

Explica por qué, al menos en su caso, muchas ideas de países occidentales y con tradición democrática, no las puede compartir por los mismo hechos que ella ha vivido. Es decir, que no son ideas irrefutables en absoluto algunas frases típicas que escuchamos sin atisbo de crítica: que el lenguaje es parte de tu patria (Herta prefiere aquello que recuerda de Jorge Semprun: Patria no es el lenguaje, "patria es lo que hablamos"), que vivir aislado en medio de nuestras vidas urbanas es una bendición, el problema del nacionalismo más o menos excluyente (por más alemana que te sientas habrá otra más alemana que tú), el problema que tienen los alemanes "de toda la vida" con los "nuevos alemanes" (turcos, indios, etc) esos que no se terminan de ver alemanes "de bien" (como diría cierto político español) aun pasadas dos generaciones porque hablan el alemán con matices que no parecen propios... El análisis que como una alemana nueva, por decirlo de alguna manera, hace Müller del nacionalismo, siempre excluyente, a través del lenguaje y de su propia experiencia tiene poquisimas objeciones, y me encanta. Pero lo que hace terrible y actual su análisis es que formula los logros de una dictadura socialista rumana muy cerca de los logros sociales de una democracia ejemplar como la alemana con sus minorías a las que, por otra parte, invita a venir a trabajar desde sus países de origen para después invitar a que se vayan. El análisis es brutal de leer, un auténtico estacazo para la soberbia alemana. Parece que a Müller le encanta derribar ideas asumidas como irrebatibles o ampliamente consensuadas. O dicho de otra manera, con el tiempo puedes acabar detestando aquello que alabas en cuanto cambien las condiciones sociopolíticas del país en el que vivimos.

En el ultimo capitulo, Müller muestra una vez más su ingenio lingüístico para explicar ideas propias desde su experiencia tomando algunas palabras esenciales, como quien mezcla perfumes esenciales para crear uno singular y que se te va meter muy dentro. Esas palabras son miedo y ventoso (creo que se entiende mejor como voluble, pero eso es cosa mía). Se trata de juntar ese miedo de largo recorrido, no el súbito y manejable, con las personas volubles que se encargaron de alimentar ese miedo para que nunca decayera durante la dictadura. La suma de ambos es el "metemiedos", un tipo que, con la caída del régimen, se ha vuelto un defensor, o mejor un vividor, del capitalismo que anteriormente era su enemigo. A veces ese metemiedos era un objeto, como La llave del Cielo. A veces, como acaba el libro, es una asesino a sueldo del régimen de Ceaucescu en Alemania, con el nombre de Herta Müller en su lista de encargos hallada por la policía alemana, un tipo que ahora es "solamente" dueño de una empresa de zumos en Timisoara. Algo así he visto también en España.

Concluyendo, diría que es un libro atípico en cuanto a género que reúne lo biográfico con la lingüística resultando una forma bastante interesante, muy reveladora, de los libros más crípticos de Herta Müller. Yo lo lei a la vez que La piel del zorro, y fue un valioso acompañamiento. Es original, atrevido, no le falta ironía, ni a veces dolor por lo sufrido y visto sufrir en aquellos años de dictadura. Expresa el por qué de una forma de expresarse tan lúcida, entre mágica y realista, de esa rara poética en prosa de temas duros de los que trata de escapar sin perderles el rostro del todo. Me parece un libro espectacular en ese sentido.