EN BUSCA DEL VIKINGO NEGRO, de Bergsveinn Birgisson
El autor se dice descendiente directo de un vikingo de hace más de 1000 años. En la tradición de Islandia, resulta posible, dados los datos que aporta. Esa isla estuvo bastante aislada durante siglos. Esa es la justificación directa del libro, saber acerca de este curioso antepasado conocido como Geirmundur Piel Negra, nacido en el 846 en Rogaland, Noruega. La idea más general del libro es hacernos una idea general del siglo IX en el ámbito vikingo europeo. Porque como buen vikingo, navegó todas las aguas que tuvo más a mano: desde Irlanda al Mar Blanco, desde Islandia hasta los fjordos noruegos. Esos son todos los escenarios del libro, motivo por el que seguir los viajes de Geirmundur es tan interesante: diferentes motivos le llevan a cada región, y su descendiente va a sacar conclusiones inéditas de cada uno de estos intereses. Lo que Geirmundur logró al final de sus días fue ser uno de los grandes terratenientes de Islandia. Eso se sabe. ¿Qué significaba eso exactamente? ¿Cómo se conseguía? ¿Por qué, en comparación con otros vikingos más conocidos, protagonistas de sagas, llenos de acciones famosas para la posteridad, Geirmundur no posee una saga, salvo escasas menciones dispersas en las sagas conocidas? ¿Es que no fue un personaje épico? Aquí es donde el autor echa el resto, porque veremos que sí fue un personajazo. Hay que decir que le echa también mucho amor por el tema, una evaluación de las fuentes extensa y mucha implicacion como si quisiera desvelar secretos del abuelo que no llegó a conocer.
Aunque muchos hayamos caído en las redes vikingas a través de las Sagas, todas estas historias, que se han tenido muchas veces por realistas, se deben tomar con más cuidado. No hay más que tomar el caso del prolífico Snorri Sturluson, un escritor de legendarias tramas novelescas con un trasfondo de verdad del que no se sabe donde tiene su frontera con la ficción. Lo bueno del En busca del vikingo negro es su debilidad inicial: se lo nombra escasamente, pero sin saber que hizo. Entonces, ¿cómo llegar hasta él? Por otros procedimientos más rigurosos, históricos y casi detectivescos: la arqueología, la paleogenética y la toponimia antigua. Eso es lo que busca en varios ámbitos geográficos mientras desentrañamos la biografía de este enigmático Geirmundur: la costa noruega de Rogaland, los viajes en busca de materiales estratégicos para sus embarcaciones en las costas del Mar Blanco y su contacto con las tribus del norte de Siberia. Aquí también nos describe un periplo de cabotaje muy interesante, novelando algunas escenas de Hjör, el padre de Geirnundur. El padre casó anteriormente con la hija de un jefe tribal de Biarmaland, o tal vez de las orillas de la desembocadura del río Obi. De esa unión nacería Geirmundur, que se volvió a casar en este nuevo viaje, novelado en parte, con una hija de aquellas regiones polares, donde aprendió algunos conocimientos cruciales en el porvenir de este chico. Como vemos, las posibilidades de lo que pudo ocurrir dentro de lo que nos ofrece la arqueología proporcionan unas aventuras literarias sobre vikingos como yo no había leído hasta ahora. Es entretenido, sin ser novelesco.
Pero la vida de Geirmundur continuó por otros derroteros que lo llevaron a Dublín pasando por las Islas Orcadas y Hébridas, sus peleas y sus alianzas con otros jefes vikingos que serían cruciales para su siguiente paso: colonizar el noroeste de Islandia. El fue de los primeros en llegar, y por allí continúan las indagaciones del autor, sumamente interesante porque aquella isla ha quedado durante siglos como un rincón aislado del mundo, con poco interés por invertir capital para extraer beneficios. Paradigma del tema es el caballo islandés, el descendiente más cercano que se conoce a los caballos de épocas medievales. Los datos que obtiene el autor son múltiples, y él es de allí, puede emplear tiempo y recursos para saber donde habitó su lejano antepasado, donde tuvo sus diversas granjas, como llego a ser tan poderoso y por qué cayó en el olvido... pero eso ya se lo dejo al lector. Una pista: fue por el mismo motivo por el que Snorri Sturluson si nos llegó hasta nuestros días.
Por ponerle pegas al libro, echo de menos un índice como el de toda la vida, mas especifico para encontrar los detalles que has leído fácilmente. Y tal vez el gancho que tiene el título del libro: ¿un vikingo negro de verdad? No exactamente, pero a ese enigma también da una respuesta razonable Birgisson. Confieso que el gancho conmigo funcionó. No me arrepiento si con eso me enganché a esta lectura de casi 400 páginas editada originalmente en 2013.
Ahí lo dejo. Este libro parece ser la saga de Geirmundur Piel Negra que tal vez nunca existió, es decir, una posibilidad de hecho histórico imposible de corroborar al 100%. Pero a diferencia de las sagas tradicionales, el autor si deslinda los materiales que ha utilizado en sus indagaciones y la ficción que a él le han sugerido dichos materiales. Esa parte de ficción, de saga tal y como la conocemos, puede ser sólo probable, o no, pero no imposible, se dan buenas razones para que así sea. Buena lectura no solo para los que nos encanta el mundo vikingo, sino como ejemplo de como hacer otro tipo de historia diferente a las que nos han contado siempre, que viene a ser una mezcla de verdad y trolas a veces muy mal intencionada.
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