Del libro de Antonio Muñoz Molina, CORDOBA DE LOS OMEYAS
"Sobre el espacio en blanco se proyectan las figuras geométricas -la mezquita de Córdoba es tan abstracta como una pintura de Piet Modrian- y en él resalta la soberanía de la palabra escrita y el silencio permiten sugerir la presencia de lo que no puede ser representado: para los judíos, ni siquiera el nombre de Dios se debe pronunciar; en el budismo primitivo, un trono vació y una sombrilla bajo la que no hay nadie aluden y designan invisiblemente a Buda; el lugar más sagrado de la mezquita de Córdoba es el mihrab, pero en su interior no hay absolutamente nada. Las capillas de la catedral almacenan una polvorienta aglomeración de cristos y santos gesticuladores y angelotes obesos: la sensación de lo sagrado se afirma en el mihrab mediante la pura forma del espacio desierto, recordándonos aquel dictamen taoista según el cual en una jarra importa el vacío interior más que la arcilla modelada y una rueda no es tanto sus radios como el aire que circula entre ellos"
El mihrab de la mezquita de Cordoba |
Techo sobre el mihrab |
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