"No es que el viajero se vuelva obligatoriamente un caradura -lo que, desgraciadamente, en algunos casos sucede- pero si una persona abierta, desinhibida, dispuesta a comunicarse con los nativos y a mostrar un gran respeto y consideración por sus culturas y formas de vivir, pero también a desprenderse de complejos y ridiculeces que nos atenazan en el día a día en nuestro entorno habitual. Uno se acostumbra a dar el primer paso en los encuentros con quién quiera que el viaje le depare. Es un sentido, una actitud que se descubre, se aprende, se entrena con el paso de los años y llega a convertirse en un hábito para viajar que hace muchas veces fácil lo difícil. Uno aprende a no sentirse ridículo, así vaya disfrazado de piloto de las galaxias o pilote una moto fantástica o simplemente tome un taxi en Shanghai en vaqueros y camisa. El atuendo no importa mucho, siempre que guarde la, digamos, etiqueta del país."
SIN FRONTERAS , de Gustavo Cuervo
miércoles, 25 de enero de 2017
SIN FRONTERAS, de Gustavo Cuervo
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