TREBLINKA. LA SANGRE Y EL ÁMBAR, de David Torres
"Si veo cómo disparan a un niño judío un tiro en la cabeza, ¿me dolerá a mí? Si fusilan a un pobre polaco, ¿sentiré algo? Si le cortan un dedo a alguien a quien jamás he visto, ¿notaré en las entrañas un acorde de compasión, de rabia, de miedo? Si le cortan un dedo a mi amigo, a mi hermano, a mi hijo, ¿dolerá entonces? ¿Dónde empieza el dolor? ¿Hasta dónde alcanzan nuestros dedos?
(...)
Aśka se agacha junto a una de las piedras del cementerio judío , donde una llamita se retuerce, protegida del viento gracias a una concavidad de la roca. Apenas la alza en sus manos, la vela se apaga, un hilo de humo blanco se esfuma en el aire. Me pide el mechero y vuelve a encender la llama, que no durará mucho. A un lado, llena de ofrendas y velas apagadas, hay una lápida con la siguiente inscripción:
JANUSZ KORCZAK
HENRYK GOLDSZMIT
I DZIECI
Janusz Korczak es el pseudónimo de Henryk Goldszmit, un doctor polaco de origen judío nacido en 1878. I dzieci quiere decir «y los niños». Korczak los adoraba, toda su vida trabajó con ellos y escribió para ellos historias y cuentos infantiles. Dirigía un orfanato, en el verano de 1942, cuando los alemanes entraron para llevarse a los pequeños a Treblinka. Korczak quiso acompañarles, viajó con ellos en el tren, cantándoles canciones, y cuando llegó el momento, entró con sus huérfanos de la mano a la cámara de gas. Esperó el final contándoles cuentos.
Delante de aquella piedra supe hasta donde llegaban mis dedos."
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