SOLO EN LA PARED, de Alex Honnold
Un chico fuera de lo comun seria una buena definición de Alex Honnold. Alguien solo comparable a un puñado de personas en el mundo, un "Juan sin miedo" hecho de carne y hueso. El chico del "no es para tanto", de los récords de velocidad, protagonista de documentales premiados, el solitario en las grandes paredes del mundo no solo en su "casa" que es Yosemite, sino en los Big Wall de Alaska, Patagonia, Chad, Jordania, etc. Imprescindible en National Geographics, Sender Films, North Face o Festivales de cine y literatura como el de Banff. Alone in the wall (Solo en la pared) es el titulo de uno de sus primeros documentales, el que enseña la escalada en free solo del Half Dome con una de las imagenes mas iconicas de la escalada de todos los tiempos. Sin cuerdas, sin seguros, sin compañeros: “La apuesta es total: si te caes, te matas”
Este californiano narra siete grandes escaladas vividas desde su mente, su audacia frente al reto muchas veces por encima de lo logrado entre la comunidad de escaladores Sin duda, como en cualquier libro de aventuras, este es el meollo de la narración. Impòsible olvidar algunas escenas, como la de escalar de noche en Zion National Park y que te pase cerca un tio volando a toda velocidad sin saber qué ha sido exactamente, mientras tu te aferras a miserables apoyos en la vertical... increible, pero cierto lo de aquel tio haciendo salto BASE. También nos posiciona no solo frente a los cantos de la pared, sino frente a sus miedos, sus ideas de como vivir la vida (en furgoneta, de viaje, con proyectos solidarios, dejando un mínimo de huella de carbono en el planeta, etc), sus dudas en aspectos mas personales. Sorprende en un tipo tan elevado en sus registros profesionales, la humildad con que se mira a si mismo, hasta el punto de no rehuir las criticas a su forma de hacer las cosas, sino que incluso las alienta en la comunidad de seguidores, el publico al que se refiere. De ser un perfecto desconocido, de patológica timidez, con dos vias en libre y solo, fabulosas, que le dan a conocer, hasta ser una estrella internacional del mundillo. Hay cosas que se ganan no solo a fuerza de bíceps, sino a pulso de toda una personalidad. También en eso rompe un poco los moldes porque no rehuye el debate: ¿es moralmente licito jugarse el pellejo por subir paredes? ¿tiene acaso alguna utilidad? ¿no tiene miedo de que le salgan imitadores que empiecen a palmar como moscas? ¿no tiene miedo de morir?¿eres el niño bonito de las marcas? ¿tan genial te crees? Preguntas que de una manera u otra se hace y tambien responde
Estas actividades tan adictivas suelen encerrar una filosofía de vida, y de ella, en rápidas pinceladas, nos da cuenta Alex de la mano del introductor de su voz. Este es otro escalador, David Roberts, de manera que el libro esta escrito a dos voces, la de este narrador que se refiere a él con cierta objetividad y algo de distanciamiento, y la voz del propio protagonistas desvelandonos sus secretos en la pared: como resuelve sus miedos, las sorpresas inesperadas, las satisfacciones al final de la escalada.
El libro acaba reflexionando si a sus 30 años puede seguir evolucionando personalmente y llevando los limites de la escalada más lejos todavía. Por un lado se reconoce malo en escalada artificial, y un poco novato también en lo que implica nieve y hielo. Pero también ve camino en el ejemplo de otros que le han precedido y siguen en la brecha buscando su propia vida, justo cuando ya sus hazañas empiecen a ser superadas por los que vienen detras.
Una de las escaladas que cuenta es Sendero Luminoso: este es su video, aqui.
Otra en California: Solar Flare, en este enlace, aqui.
El estudio del cerebro de Alex Honnold, aqui.
Peter Croft y Alex Honnold charlan sobre el solo integral, aquí.
Alone on the wall, un pase de 4' de National Gographics, aqui.
Una de las ultimas entrevistas a Alex sobre su vida y el libro (2016), aqui.
Un corto de 4' que incluye a Alex en Thank God Ledge, la famosa imagen, aqui.
Y tienes aun mas video flipantes de sus hazañas en youtube...
En realidad, hay dos cosas que me han pasmado de Alex: una, las marcianadas que se pega, algo que solo en el aspecto deportivo ya son de otra galaxia, al alcance de muy pocos en el mundo. El otro aspecto es el de su personalidad: directa, transparente, honesta y aparantemente ingenua. Abierto a la critica, con dominio de si mismo.
Un placer haberle conocido un poco más, deñor Honnold.
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