EL EXILIO EN EL INTERIOR ESPAÑOL. LA ESPAÑA VACÍA, de Sergio del Molino
"Los gobernantes españoles han tenido desde muy antiguo la costumbre de desterrar a sus enemigos políticos a comarcas aisladas. Quevedo, por ejemplo, lo sufrió en la Torre de San Juan Abad, hoy en Ciudad Real. Cuando se quería castigar o perder de vista a alguien, se lo mandaba al campo. Mucho antes de que hubiese zares en Rusia, mucho antes de que se popularizasen los destierros a Siberia y de que se inventara la palabra gulag, inquisidores, reyes, validos y dictadorzuelos usaban la meseta inmensa que rodeaba Madrid para borrar del panorama a los que se pasaban de listos."
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