LA VIOLACION. LADY SINGS THE BLUES, de Billie Holliday
"No me pareció mal que me cogiera de la mano y lo acompañé. Llamamos a la puerta de la casa y una mujer nos hizo pasar. Pregunté por mi madre y me dijeron que llegaría enseguida. Creo que me contaron que había llamado por teléfono diciendo que se retrasaría. Fue haciéndose cada vez más tarde y empecé a tener sueño. El señor Dick me vio cabecear y me llevó a un dormitorio trasero, para que me echara hasta que llegara mi madre. Estaba casi dormida cuando el señor Dick cayó sobre mí e intentó hacerme lo mismo que siempre había intentado mi primo Henry. Comencé a patalear y a gritar como una loca. Al oírme, la dueña de la casa entró y trató de sujetarme la cabeza y los brazos para que él pudiera hacerme eso. Les hice pasar un mal rato a base de patadas, rasguños y alaridos. De repente, mientras cobraba aliento, oí más gritos y chillidos. Al instante, mi madre y un policía tiraron abajo la puerta. Nunca olvidaré esa noche. Aunque fueras una prostituta, no te gustaría que te violaran. Una puta puede echarse mil quinientos polvos por día, pero no le gusta que nadie la viole. Es lo peor que puede ocurrirle a una mujer. Y a mí me estaba ocurriendo a los diez años."
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