NUEVA YORK, CIUDAD ATERRADORA. EL CLUB DE LECTURA DEL FINAL DE TU VIDA, de Will Schwalbe
"Mi madre empezaba a consumirse. Estaba drásticamente más delgada y frágil que incluso apenas una semana antes, cuando habíamos caminado unas manzanas hasta una cafetería en busca de magdalenas, y cuando también había sido capaz de hablar ante la cámara durante horas para una amiga del edificio que estaba haciendo un documental sobre mujeres que le habían servido de inspiración. En cambio, entonces, solo siete días después, teníamos que hacer un recado: cruzar la calle para ir al cajero automático. Mi madre tomó mi mano con la suya, trémula, cuando salíamos. Cada paso era deliberado y vacilante.
Nueva York es una ciudad que inspira hipocresía. Cuando paseo, maldigo los taxis que se saltan a toda velocidad los semáforos en ámbar, pero doy generosas propinas cuando llego tarde y el taxista hace precisamente eso. Otras veces, camino embalado por las aceras atestadas, pero en ese momento, con mi madre, tan insegura en cada paso, tan frágil, no podía creer la falta de educación de la gente que pasaba por nuestro lado a toda prisa, moviendo los brazos de aquí para allá o cargando torpemente y sin miramientos bolsas y mochilas. Llegar a la esquina y cruzar la calle fue aterrador. Nadie aminoraba la marcha, ni siquiera para dejar paso a la señora de cabello ralo y gris, tan decidida todavía a seguir tomando parte en la vida de la ciudad, a no acostarse y morir."
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