ASCENSION AL SHISHA PANGMA. BAJO LOS CIELOS DE ASIA, de Iñaki Ochoa de Olza
"No consigo comer nada, y bebo sólo un poco de café tibio. En poco rato estoy listo. El estómago rechaza todo porque es víctima de la ansiedad de salir. Ése es el estado perfecto para subir a un ochomil, ya que como salgas relajado no hay nada que hacer. Es preciso enfocar todas las energías en un punto, la cima, y dejar las demás circunstancias a un lado. Hay que tenerlo claro, hay que apretar y sufrir.
El campo II está en una llanura y me hundo bastante en la nieve al principio, pero no mantengo una actitud negativa, no quiero que nada interfiera en mis sensaciones. Me concentro en no quejarme, porque intuyo que no me ayudaría en nada. Estoy solo. En las zonas más altas de la montaña no hay nadie, aunque no pienso en ello. Mi mente circula por zonas de mi alma que no conocía. Creo que es por esto por lo que siempre queremos volver a estas cotas inhumanas.
Un profundo deseo de libertad mueve mis piernas. Me conmueven las estrellas, que me hacen ver que va a hacer buen tiempo y puedo llegar a la cumbre. A ratos ese profundo sentimiento me hace llorar, aunque lo espanto como puedo para no gastar energía."
la ascensión de Barmasse y Göttler al Shisha Pangma |
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