LAS GROUPIES DE THE WHO. WHO I AM, de Pete Townshend
"Al salir de gira, sin embargo, no podía desprenderme de la sensación de que había una fiesta en curso a la que no había sido invitado porque no tomaba drogas ni me sentía cómodo entre las groupies. Mi problema con las groupies tenía poco que ver con la moral; simplemente no comprendía qué querían, o qué creían ellas que estaban haciendo. Si resultaba que pasabas algunas noches con Daltrey o Clapton, ¿qué más ibas a hacer para que aquello significara algo? ¿Contarlo a tus amigas? ¿Marcarlo con muescas en tus talones? Una mujer que se acostó a menudo con Eric era hermosa, elegante y tremendamente inteligente. ¿Qué la llevaba a seguir a los grupos por ahí y merodear entre bastidores, a la espera de unas migajas? ¿O es que eran todas una panda de folladoras de famosos deseando algo de fama por asociación, o de prestigio por reputación y misterios ajenos?
Keith solía juntarse con groupies bien conocidas a las que trataba como princesas y les hablaba con acento pijo de lord mientras les servía Dom Pérignon; era tremendamente divertido y se entendía por qué las chicas disfrutaban de su compañía. John solía adoptar a una chica para toda una gira, y ésta se convertía en una presencia perfectamente familiar para todos hasta que se desvanecía para siempre una vez que la gira terminaba. Yo observaba a los hombres en los bares de los hoteles, viajantes de comercio o invitados a congresos, hablando con mujeres que acababan de conocer, sin importarles que fueran chicas de alterne o solteras que salían a pasarlo bien. Entendía lo que necesitaban y por qué. Pero me costaba entender eso mismo en mis compañeros de grupo.
Algunos músicos del pop y del rock, incluso de segundo orden, han cifrado sus conquistas sexuales aportando números que desafían la imaginación. Mi prioridad era serle fiel a Karen, pero eso también me arrinconaba un poco. Por otra parte, cualquier desconocido que tratara conmigo estaba convencido de que sabía qué hacía yo y cómo vivía: las leyendas apócrifas del rock eran difíciles de refutar. Y tampoco valía la pena perder tiempo contando que, a pesar de pertenecer a un grupo de rock y de destrozar guitarras, yo no consumía drogas e intentaba ser un buen esposo."
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