TRABAJOS ALTERNATIVOS PARA SEGUIR EN LA PARED. MORIR POR LA CIMA, de Carlos Suárez
"Entrenando en un gimnasio conocí a un amigo de Jesús Calleja, un ingeniero que trabajaba como directivo en la recogida de basuras de Madrid.
Me ofreció la posibilidad de trabajar en verano en el entorno de los camiones a cambio de un buen saco de monedas. Acepté como un reto verme en ese submundo en el que, a menos que tengas un familiar ahí o mucha necesidad, jamás te plantearías ni por asomo entrar. Hasta aquí la idea funcionaba bien…, hasta que me pusieron el clásico uniforme verde chillón. Me preguntaba qué hacía yo para verme en aquella posición por voluntad propia. Lo increíble del asunto era la cantidad de gente que llegué a conocer que deseaba tener un trabajo seguro como ese. ¿Lo más deprimente? Personas con formación universitaria que no encontraban otra posibilidad de ganarse la vida. Un reflejo de cómo la sociedad española había cambiado. Lo positivo del trabajo era la cantidad de tiempo libre que me dejaba: al trabajar por las noches, podía seguir mi camino sin coartar mi libertad, cumplía mis cuatro horas y, a cambio, recibiría al final del verano la suma necesaria para introducirme en el salto BASE, una cifra cercana a los 10 000 euros.
Trabajé duro durante unos meses con tal de conseguir mi sueño. Quería volar desde alguna de las paredes más conocidas que anteriormente había escalado por diferentes rutas. No era solamente el sueño de volar lo que movilizó toda mi energía, era la sensación de redescubrir la montaña de otra forma y en un terreno en el que estaba todo por investigar."
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