18 DE JULIO DE 1936. FRANCO, EL ASCENSO AL PODER DE UN DICTADOR, de Andrés Rueda
"Franco no está seguro de lo que pueda acontecer en las horas siguientes y, sabe que se le puede ver, como cabeza visible de la sublevación, envuelto en un pronunciamiento militar de rebeldía. Cautamente prefiere ausentarse hasta que los acontecimientos se presenten claros e inequívocos. Entonces decide salir a primeras horas de la tarde en el avión inglés, rumbo a Marruecos, pero con la secreta intención de pernoctar en territorio francés. Saliendo por la tarde no tendrá tiempo de llegar a Tetuán, y tiene que pasar la noche en territorio francés. Llega a últimas horas de la tarde, al anochecer, a Casablanca, después de repostar gasolina en Agadir. Necesita ganar tiempo. Mientras tanto, Balbín permanecía impaciente en Casablanca a la espera del Dragon Rapide inglés. El diario La Dépêche Marocaine titula así: «Sublevación militar en el Marruecos español. En Melilla, población de la zona oriental del Protectorado vecino, un grupo de oficiales se ha sublevado contra el gobierno de la República». Y a continuación ampliaba: «El general Franco, llamado por el Gobierno para sofocar la rebelión, se encuentra en pleno vuelo desde Canarias a Madrid».
La actitud de Franco el 18 de julio resulta extraña, pero es propia de su mentalidad insegura, que no arriesga hasta ver clara la solución, aunque ese día la solución se la van a dar resuelta otros hombres. El 18 de julio Franco declara el Estado de guerra en Canarias y se ausenta de territorio nacional hasta comprobar en qué situación desemboca la rebelión militar frente al gobierno. Durante esa noche del 18 en el Marruecos francés, en Casablanca, trata de informarse a través de Bolín del éxito o fracaso de la rebelión. Logran averiguar que el Marruecos español se ha sublevado frente al gobierno de Madrid, frente a la República. Asegurado ya y en poder del ejército marroquí el territorio, en la mañana del 19 despega el avión de Casablanca hasta Tetuán. Pero Franco sigue desconfiando y ordena al piloto que sobrevuele varias veces el aeropuerto para comprobar la situación. Franco no arriesga nada. Por fin distingue en el aeropuerto a un subordinado, Sáenz de Buruaga. Al tratarse de un implicado en la sublevación ya está seguro y decide aterrizar.
«Vengo a salvar España», exclama nada más pisar tierra. Se hace cargo de la situación y se pone al frente del mando del ejército. Piensa que por el solo hecho de estar mandando el ejército de Marruecos es motivo suficiente —y también amedrentador— para que el gobierno de la República entregue el poder. Franco y Mola están equivocados y han subestimado al pueblo español.
El 18 de julio solamente se sublevan Franco en Canarias y Queipo de Llano en Sevilla. Y al anochecer, ya cuarenta y ocho horas después de iniciarse el Alzamiento en Melilla, lo hará Mola en Pamplona. El 19 lo harán la mayoría de los otros sublevados. Pero Franco establecerá más tarde la fecha símbolo del alzamiento el día 18: su fecha. El día en que durmió en suelo extranjero, mientras muchos españoles estaban atónitos o aterrados. Todo un símbolo de su personalidad."
Tenerife a principios de julio de 1936 |
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