GRIEGOS DE CHIPRE. LIMONES AMARGOS, de Lawrence Durrell
"...hice mi primer conocimiento del temperamento de la isla, que es muy distinto de la predominante disposición extravertida del griego metropolitano. Advertí que los estilos de cortesía eran más formalizados, incluso entre chipriotas. Las formas de trato eran un tanto anticuadas y carecían de espontaneidad; había cierta meditada reserva en la conversación, un sentido de la medida. La hospitalidad era ofrecida con discreción y timidez, como si se temiera un rechazo. Las voces eran más bajas y la risa resonaba en un tono más apagado."
"...comencé a entender el verdadero significado de la hospitalidad chipriota, envuelta en una sola palabra, Kopiaste, que en términos generales quiere decir «Siéntate con nosotros y comparte». Imposible pasar por un café, intercambiar un saludo con nadie que estuviese comiendo o bebiendo, sin que le disparasen a uno la palabra como desde la boca de un revólver. Resultaba peligroso incluso gritar «Buen apetito», como se hace en Grecia, a un grupo de obreros que trabajaban en el camino, cuando uno pasaba ante ellos a la hora del almuerzo y los veía sentados bajo un olivo. En el acto contestaba una docena de voces, y una docena de manos agitaban hogazas o jarras de vino, Después de diez días de ese tratamiento empecé a sentirme como un ganso de Estrasburgo."
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