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martes, 24 de abril de 2018

ROGER DALTREY. WHO I AM, de Pete Townshend

ROGER DALTREY. WHO I AM, de Pete Townshend 

  "Roger Daltrey había sido expulsado por fumar, pero seguía apareciendo sin reparos para visitar a sus colegas. Conocí a Roger después de que éste le ganara una pelea en el patio a un niño chino. Las tácticas de Roger durante la riña me parecieron ruines, y cuando protesté, se encaró conmigo y me forzó a retractarme. A partir de entonces, solía verlo al pie de Acton Hill, cargado con una exótica guitarra eléctrica blanca que se había hecho él mismo. Normalmente andaba con Reg, un amigo al que conocía de la infancia, y que llevaba un amplificador VOX de quince vatios. Cosa seria.
  Estaba fuera de la clase hablando con el tutor del último curso, el temible señor Hamlyn, cuando Roger apareció contoneándose con su indumentaria de teddy boy: el pelo peinado en un tupé a lo grande y los pantalones tan ajustados que lucían cremalleras en las costuras. El señor Hamlyn saludó a Roger con la cansina paciencia de quien sabe que sería inútil interrogarle por aparecer en una institución que no quería saber nada de él. Hasta su expulsión, Roger había sido un buen alumno, y creo que Hamlyn lo respetaba a regañadientes.
  Algunos chicos nos miraron con interés, con la curiosidad de saber si Roger todavía me tenía ojeriza. Pero éste me informó sin más de que John le había dicho que yo tocaba la guitarra bastante bien, y que si se presentaba la oportunidad de unirme a su banda, ¿me interesaba? Me quedé pasmado. La banda de Roger, los Detours, solía tocar en fiestas. Interpretaban canciones Country & Western, «Hava Nagila», música popular de baile, conga, canciones de Cliff Richard y lo que fuera que estuviera en lo alto de las listas por entonces. Roger mandaba en los Detours con característica mano de hierro. A juzgar por las caras de quienes nos observaban, el mero hecho de que Roger estuviera hablando conmigo significaba que mi vida podía dar un vuelco.
  Con toda la calma que logré aparentar, le dije a Roger que estaba interesado. Asintió y se fue, pero ya no supe de él hasta meses después. Por entonces ya me había matriculado en el Ealings Art College."

(...)
  "A principios de 1962, después de recibir la llamada que había estado esperando, me acerqué a casa de Roger para una prueba con los Detours. Antes de alcanzar la entrada, una rubia abrió la puerta y empezó a andar lentamente hacia mí. Iba llorando, pero al ver el estuche de la guitarra se detuvo y se recompuso.
—¿Vienes a ver a Roger?
—Sí.
—Pues ya puedes decirle esto: o su maldita guitarra o yo.
  Llamé a la puerta y le pasé el mensaje a Roger, convencido de que se desharía en lágrimas y echaría a correr tras la celestial criatura con la promesa de que jamás volvería a tocar su guitarra.
—Que le den —dijo—. Pasa.
  Subimos directamente a su dormitorio. Se lo veía distraído, y luego resultó que uno de los delincuentes con los que solía juntarse estaba escondiéndose de la policía justo debajo de la cama donde me senté para tocar. La prueba fue muy rápida.
—¿Sabes tocar el acorde de mi? ¿Y de si? ¿Y «Man of Mistery» de los Shadows? ¿«Hava Nagila»?    Vale, pues. Nos vemos para practicar en casa de Harry."

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