DISPUTAS EN EL VIAJE. EL CAMINO MÁS CORTO, de Manuel Leguineche
"...Ya sabía antes de partir que la agresividad es más intensa entre compañeros que entre extraños. El paisaje, la disciplina que requiere el desierto, el clima, influyen sobremanera en el comportamiento del viajero. Estoy por pensar que no existe expedición que no haya sufrido las consecuencias de la agresividad.
Yo había decidido no permitir que las disputas del cuarteto hicieran mella en mí; sólo un tema me preocupaba: recibir en El Cairo la primera remesa de dinero enviada por el editor de mi revista. Por lo demás, había quemado las naves y, como a los primeros navegantes, me fascinaba más lo que había por delante, la terra ignota, que la neurosis que había dejado atrás, en el asfalto de Madrid. Todo ello, a pesar del retraso tan considerable sobre los planes previstos. Entonces descubrí que los viajes puros son los que se hacen sin mirar el cronómetro o el calendario, sin preocuparse por el paso o el empleo del tiempo."
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