EL FINAL DE MACIAS, PRIMER DICTADOR DE GUINEA ECUATORIAL. AGONÍA, TRAICIÓN, HUIDA, de José Luis Rodríguez Jiménez
"...Herrero de Miñón recordó la relación cordial que en Madrid estableció con Ndongo, perteneciente a la clase media alta guineana, hombre de buena formación y con experiencia en el trato con el poder colonial, ya que había sido comandante de la Gendarmería francesa en Camerún antes de poder dedicarse con libertad a la política en su país. Relación más estrecha, de sincera amistad mantuvo, con y Ibongo, aunque esté advirtió al español que el origen cultural de cada uno imposibilitaba una relación plena. Se lo dijo con una metáfora: 'somos amigos, pero tú no has comido el corazón del Antílope, hay cosas que no puedes comprender de mi país. Que sea una metáfora no resta importancia a la pervivencia de la cultura tradicional en la sociedad guineana, e incluso de la magia entonces y durante los años siguientes. Agustín Gervás, que fue ministro consejero en la Embajada de España en Guinea tras el golpe de Obiang contra Macías, pudo oír allí que cuando el expresidente conoció su condena a muerte, mediante fusilamiento, hizo saber que utilizaría su condición de hechicero para sobrevivir y vengarse, que si un pelotón disparaba sobre él, se reencarnaría en un elefante y arrasaría las viviendas y propiedades de sus ejecutores. El fusilamiento se retrasó. El presidente Obiang trató de combatir la magia de Macias con otra magia. Hizo venir a palacio a varios hechiceros. Estos le dieron la solución: el regreso de Macías a la vida se evitaría si sus ejecutores guisaban su cerebro y sus testículos y se los comían; bastaba con una cucharada del guiso. La magia, una buena paga y una generosa ración de alcohol terminaron con Macías"
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