UNA CLASE DE ECONOMÍA. COMPORTARSE COMO ADULTOS, de Yanis Varoufakis
"En septiembre de 2015, cuando mis días como ministro ya habían llegado a su fin, me invitaron por primera vez al programa de la BBC Question Time que se graba en Cambridge con presencia del público en el plato...
(Una pregunta del público)
-La economía es muy sencilla: tengo 10 libras en el bolsillo. Si salgo de fiesta y quiero tomarme tres pintas en Cambridge, lo más probable es que tenga que pedir prestado. Si sigo con ese plan, acabaré quedándome sin dinero y entraré en quiebra. No es difícil de entender.
Uno de los grandes misterios de esta vida, al menos de la mía, es la atracción que sienten muchas buenas personas por esta lógica macabra. De hecho, la economía personal no es un buen punto de partida para entender cómo funciona la economía pública, tal y como expliqué en mi respuesta:
-En tu vida existe una maravillosa independencia entre los gastos y los ingresos. Si recortas los gastos, no recortas tus ingresos. Pero si el conjunto del país entra en una gran espiral de austeridad, entonces el total de ingresos desciende.
Para explicar este fenómeno, hay que entender que, a escala nacional el volumen total de gastos y de ingresos es idéntico; para que haya ingresos alguien ha tenido que gastarse antes ese dinero. Por tanto, si todos los ciudadanos y empresas del país deciden aplicar recortes, lo único que no puede hacer el Estado es sumarse a la austeridad. Si lo hace, la repentina caída del gasto se traducirá en una repentina e idéntica caída de ingresos del país, lo que a su vez conducirá a una reducción de impuestos que ingresa el Tesoro Público y, así, al espectacular objetivo final de la austeridad: que los ingresos del país se reduzcan cada vez más y que, por tanto, el Estado no pueda pagar sus deudas. Por eso la austeridad nunca es una buena solución"
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