DIARIOS, 21 DE JUNIO DE 1851, de H. D. Thoreau
"Ahora anhelo esos viejos caminos secos, desiertos, que nos apartan, serpenteando, de las ciudades, que nos alejan de la tentacion, que nos conducen al exterior de la Tierra, sobre su corteza mas externa, donde es posible olvidar el pais por el que viajamos, donde ningún granjero puede quejarse de que le estamos pisando la hierba, donde ningun gentilhombre ha construido hace poco una casa de campo cuyos limites estemos traspasando, por los que puedes caminar como un peregrino, sin rumbo fijo. Donde no es frecuente que te cruces con viajeros. Donde mi espíritu es libre. Ahi es donde tengo libertad de pensamiento y en mi alma soy libre"
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