LA SÁTIRA CONTRA EL REY. 50 VIÑETAS QUE CAMBIARON EL MUNDO, de Roberto Fandiño Pérez
"...momento crítico en el que la crisis económica propiciaba la agitación social y el descontento frente a un régimen excesivamente moderado, sustentado sobre un sufragio censitario favorecedor de los intereses de los notables (aristocracia y gran burguesía). Las exhortaciones de François Guizot animando a los franceses a enriquecerse como medio más fecundo de participación política, resultaban vanos ejercicios retóricos frente la realidad descarnada con la que se enfrentaba la gran mayoría de ciudadanos. No era extraño que el semblante presente de Luis Felipe apareciese ahora avinagrado, «pálido, delgado y ansioso», en palabras del propio Daumier. El nerviosismo real se entendía al comprobar la campaña levantada contra su figura desde la prensa ilustrada y satírica. En no pocos medios se aludía al recuerdo del magnicidio de 1793 para incitar a las masas a un levantamiento. Frente al descontento y la crítica, el monarca fue incapaz de ofrecer otra cosa que no fuera represión, recortando libertades como la de expresión o la de asociación. Todo parecía conjurarse para que el futuro del Rey Pera fuera sombrío y lóbrego, y de ahí el último rostro que muestra Luis Felipe en la viñeta: decrépito e incluso con una grave expresión, que bien pudiera recordar el temor, el miedo a ser desbancado incluso por medio de la violencia. La ironía profética de Daumier, augurando un negro futuro al monarca se confirmaría un año después en forma de un atentado. Mientras el monarca celebraba el aniversario de las gloriosas jornadas de julio pasando revista a la Guardia Nacional, el corso Giuseppe Fieschi ponía en escena su intento de magnicidio recurriendo a un artilugio denominado la máquina infernal, que estallaría en plena ceremonia. Luis Felipe sobreviviría con apenas unos arañazos en la frente, pero la intentona de asesinato, se llevó por delante a dieciocho personas, entre ellos el presidente del Consejo de Ministros y ministro de la Guerra, mariscal Édouard Mortier. Miedo y recorte de libertades volverían de nuevo a unirse y, apenas dos meses después del atentado de Fieschi, volverían los recortes de libertades esta vez en forma de censura de prensa..."
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