PERDER LA FE EN LA GUERRA. MEMORIAS DE UN OFICIAL DE INFANTERÍA, de Siegfried Sassoon
"...Una tarde seguí un sendero que conducía colina abajo hasta una vieja casa en ruinas. Los mirlos rezongaban entre los arbustos cuando me metí en un descuidado jardín y alguien cortaba leña en un bosquecillo pardo, mas abajo. Ladró un perro desde algún establo, las gallinas cloquearon y mugió una vaca. Esos sonidos domésticos resultaban consoladores cuando uno era un exiliado cuya vida pertenecía al ejército. Pensé en los largos crepúsculos primaverales y en el maravilloso despertar del año, olvidado de la 'ofensiva de primavera'. Pero mi olvido solo duró un rato, y la cruel realidad volvió a colmarme en cuanto me deslicé a través del alambre de púas que rodeaba el hospital. Estaba perdiendo la fe en la guerra y anhelaba un poco de aceptación mental... ser como el joven Patterson, que había venido luchar por su país sin ninguna duda, que todavía podía arrodillarse junto a la cama y decir sus simples oraciones, con la rotunda convicción de que su puesto en la artillería contribuye a crear un mundo mejor. Alguna vez yo había creído lo mismo, pero ahora la única plegaria que me parecía digna de ser pronunciada eran las palabras de Omar Khayyam:
Por todo el pecado ennegrece el rostro humano, el propio hombre da perdón, y lo recibe"
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