RETRATO DE UNA DE LAS MEJORES POETAS RUSAS DEL SIGLO XX. UN ESPÍRITU PRISIONERO, de Marina Tsvetáieva
"El crítico y amigo de Marina Mark Slonim escribía en sus memorias: «En el París de la emigración resultó claramente fuera de lugar. En el mejor de los casos, se la toleraba en los periódicos y revistas, donde podía publicar algo, y sus colaboraciones a menudo se producían en unas condiciones que a ella le parecían ofensivas. No llegó a ocupar ningún lugar en la “sociedad” emigrada, con sus salones, literarios y políticos, donde todos se conocían […] Era un bicho raro, alguien ajeno, expulsada del grupo, alejada de las relaciones personales y familiares, y destacaba poderosamente, con su rostro, sus palabras, y su vestido gastado, y su imborrable sello de pobreza…».
¿Podríamos tener la misma sensación sobre el mejor escritor del momento?
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