CIERTAS MUJERES DE LA STASI. EL HOMBRE SIN ROSTRO, de Markus Wolf
"...Tiedge necesitaba algún tipo de alivio, y percibimos que se manifestaba en él un intenso apetito sexual. Disponíamos dé algunas mujeres, miembros del Partido que estaban relacionadas con los servicios de seguridad en la zona de Potsdam, y a las cuales podía pedirse que alentasen a un desertor y establecieran una relación, como sucede a menudo en esos casos. Sometidos a la tensión emocional del interrogatorio, la mayoría de los hombres se muestran propensos a aceptar el consuelo femenino. Nos ocupábamos de que las mujeres utilizadas estuviesen dispuestas a comprometerse en relaciones sexuales con estos hombres. No eran prostitutas, sino mujeres comunes. Afiliadas al Partido y personas fieles a su país, que estaban dispuestas a representar su papel a cambio de alguna manifestación de lo que solíamos denominar la gratitud del Estado, que podía ser un lugar preferencial en el otorgamiento de apartamentos o un lugar más favorable en la lista de espera para un automóvil. De todos modos, nuestra primera candidata sencillamente no pudo soportar la relación con Tiedge. Encontramos otra, una maestra, que aceptó hacer lo que pedíamos, con gran alivio de nuestra parte. Tiedge era un tipo de hombre especialmente poco atractivo y recuerdo haber pensado que ella sin duda era un alma muy patriótica. Pero incluso los relatos más sórdidos pueden culminar ofreciendo resultados más gratos que lo esperado. Más tarde, los dos se casaron, y en el momento de escribir estas líneas, en 1996, todavía están unidos."
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