THOMAS COOK. EL TURISTA DESNUDO, de Lawrence Osborne
"Thomas Cook (1808-1892), el fundador del turismo moderno, convirtió Egipto en un popular destino invernal para la burguesía británica durante las décadas de 1870 y 1880. Ya había convertido el negocio familiar en la mayor agencia de viajes del mundo cuando en 1870 el virrey otomano de Egipto, el jedive Ismail, lo nombró agente oficial de la navegación por el Nilo. Sin embargo, fue su hijo John Mason Cook, director de la sede londinense desde 1865, quien abriría oficinas en todo el imperio y en Estados Unidos, globalizando así sus operaciones, y quien haría de Egipto su principal destino. La conversión de Egipto en un protectorado británico en 1882 —conocido como el Protectorado Encubierto— significó un paraíso turístico para los Cook. Casi de inmediato se aseguraron el monopolio de los cruceros de lujo por el Nilo, que habían inventado, de modo que el río pasó a conocerse como el canal de los Cook. La compañía ofrecía una tarifa desde Londres hasta la Primera Catarata por ciento diecinueve libras, todo incluido. No obstante, era un capricho para ricos; en 1880, el salario anual de un obrero británico era de sesenta libras y para la clase media alta éste oscilaba en torno a las ochocientas libras. El viaje duraba seis días. Los Cook abrieron hoteles en Asuán y Luxor, algunos de ellos dotados de atención médica para atraer a las masas que buscaban las bondades terapéuticas del sol invernal. Su monopolio era extraordinario; el ejército que navegó Nilo abajo para rescatar al general Gordon en 1884 utilizó barcos de vapor Cook. Muy pronto, las autoridades imperiales concedieron a Cook el monopolio del correo y de los viajes oficiales, un ejemplo perfecto de simbiosis entre imperio y turismo. Asuán se convirtió en el «Cannes egipcio», un escenario social británico más, y en 1891 John Cook calculó que los turistas gastaban unos cuatro millones de libras anuales en Egipto. Aparecieron hoteles de lujo por todas partes —el Mena House cerca de las pirámides, el Khedival Club y el Shepheard en El Cairo, el Turf Club, el Gezireh Palace—, que en su mayoría siguen en funcionamiento. El capital de Cook aumentó hasta alcanzar más de doscientas mil libras..."
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