LOS MOSCOVITAS. DE VIAJE POR EUROPA DEL ESTE, de Gabriel Garcia Marquez
"La sencillez, la bondad, la franqueza de la gente que andaba por la calle con los zapatos rotos no podía ser una consigna de festival. Yo pregunté muchas veces, con una crudeza deliberada, nada más para ver qué ocurría: "¿Es cierto que Stalin era un criminal?". Ellos respondían imperturbables con pedazos del informe Krutchev. No hubo un solo indicio de agresividad. Por el contrario siempre encontré la intención deliberada de que nos lleváramos un recuerdo grato del país. Eso es lo único que me permite pensar que los soviéticos -de una manera general- son leales a su gobierno. No era una multitud cargante. No se apresuraban a decirnos las cosas. Nos miraban pasar con su timidez aldeana, con su parsimonia de ganso, sin atreverse a perturbarnos. Cuando uno tenía deseos de conversar le decia a la multitud, sin dirigirse a nadie en particular: "Drushva". Es decir: "Amistad". Entonces nos asaltaban con insignias y monedas a cambio de autógrafos y direcciones. Es un pueblo que está desesperado por tener amigos."
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