COMO SE DESPIDE DEL KGB UN ESPÍA SOVIETICO EN MANOS DE EEUU. EL CASO ORLOV, de Boris Volodarsky
"...carta original de «Schwed» (Orlov) que en muchos aspectos difiere de la versión que apareció en la biografía patrocinada por el KGB:
Solo al destinatario
Al comisario del pueblo
Nikolái Ivánovich Yezhov
Me gustaría explicarle en esta carta cómo, tras diecinueve años de irreprochable servicio al partido y al poder soviético, después de que el partido y el Gobierno me hayan concedido las Órdenes de Lenin y de la Bandera Roja por mis esfuerzos durante dos años de completo sacrificio activo y de lucha en condiciones de una guerra cruel, puede ser que les abandone.
Mi irreprochable vida siempre ha estado dedicada al servicio a la causa proletaria y al poder soviético, bajo la mirada fija del partido y los miembros de nuestro Narkomat [comisariado del pueblo]. He gozado de una gran confianza por parte de los dirigentes soviéticos y el partido, he sido respetado y querido por mis camaradas. En cada hora, cada minuto, mi corazón latía al unísono con el pulso del partido entero, de nuestra bella patria. Ahora, de una manera mucho más profunda que en ningún otro momento, siento lo feliz que he sido con ustedes, lo rica y atractiva, lo llena de sentido profundo que estaba mi vida y lo absurda y superflua que es ahora. ¿Cómo ha podido pasar?
El 9 de julio recibí un telegrama de Serguéi [Spiegelglass] sin ningún tipo de justificación operativa. Daba a entender que, por motivos completamente ridículos e incomprensibles, me habían tendido una trampa a bordo del barco de vapor Svir, que obviamente había sido enviado especialmente para capturarme. En el telegrama me daban instrucciones de ir a Amberes el 14 de julio, donde a bordo de ese barco me recibiría un camarada al que conocía personalmente.
«Sería deseable —decía el telegrama—, que la primera reunión tuviera lugar a bordo.» Para «garantizar que la reunión se mantuviera en secreto» me proponían que viajara en el coche diplomático de nuestra embajada en Francia acompañado por el cónsul general...
Me puse a analizar el telegrama: ¿por qué tenía que tener lugar la primera reunión a bordo de un barco? ¿Por qué si no para abatirme allí como enemigo notorio? ¿Por qué debía ir acompañado del cónsul general en un coche diplomático a menos que fuera para tenerme bajo vigilancia durante el trayecto o, en caso de que se produjera algún retraso cerca del barco, para recurrir al poder del cónsul general para declararme loco después de una conmoción cerebral en España y poder decir que me escoltaban a la Unión Soviética con mucho cuidado? La seguridad era la explicación que ofrecía el telegrama para el coche diplomático...
Este telegrama de tercera, desde el punto de vista operativo era solo una cortina de humo para una insidiosa trampa creada para mí: un hombre completamente inocente. Comprendí que el jefe del departamento mostraba un exceso de celo en su purga del aparato y decidió dar un salto en su carrera intentando presentarme... como un criminal al que había que llevar a toda costa a bordo del barco como «enemigo del pueblo». Luego él podría gritar «¡hurra!» y esperar su recompensa por una operación bien planificada y ejecutada. Comprendí que mi destino estaba escrito y que me esperaba la muerte.
Me planteé una pregunta: como miembro del partido, ¿tengo derecho, aunque sea bajo amenaza de muerte ineludible, de negarme a volver a casa? Mis camaradas que trabajaban conmigo sabían que había arriesgado mi vida muchas veces cuando era necesario para la causa y el partido.
Me expuse en repetidas ocasiones a intensos bombardeos. Junto con el agregado naval, estuve bajo las bombas de la aviación fascista durante dos semanas enteras mientras descargábamos barcos de munición, aunque no formara parte de mis obligaciones. He arriesgado mi vida muchas veces cumpliendo tareas operativas que ya conoce. A una distancia de tres pasos me disparó un miembro de la Guardia Blanca que intentaba matarme, un odiado bolchevique. Cuando estaba enyesado tras romperme dos vertebras en un accidente de tráfico, en contra de las órdenes de los médicos, no dejé el trabajo y seguí conduciendo a diversas ciudades en el frente por el interés de la lucha contra el enemigo...
El partido jamás exigió la muerte absurda de sus miembros, sin duda no por el interés de criminales que quieren hacer carrera.
Pero ni siquiera una amenaza de castigo ilegal e injusto me impidió ir a ese barco. Fue la confirmación de que, tras mi ejecución, y el exilio o ejecución por un pelotón de fusilamiento de mi esposa, mi hija enferma de catorce años estaría en la calle. Sería perseguida por niños y adultos por ser hija de un «enemigo del pueblo». Que ese sea el destino de mi hija, que se sentía orgullosa de su padre por ser un comunista honrado, era algo que no era capaz de soportar.
No soy un cobarde. Aceptaría incluso un veredicto erróneo e injusto, lo aguantaría hasta el final, no deseado por nadie, de ser un chivo expiatorio del partido, pero morir sabiendo que mi hija enferma estaba destinada a pasar por tan terrible tormento y sufrimiento, eso ya no lo podía aguantar.
¿Podía estar seguro al llegar a la Unión Soviética de que iba a tener una investigación justa de mi caso? ¡No, y mil veces no! Mi razonamiento fue el siguiente:
1. El mero hecho de que no me requirieran en Moscú sino que me tendieran una trampa a bordo del barco lo explica todo. Era obvio que aparecía en la lista de enemigos del pueblo incluso antes de que subiera a bordo.
2. Me habría visto en manos de un criminal llamado «Douglas» [Spiegelglass] que, hasta julio de 1938, era el jefe adjunto del Departamento en el Extranjero. Dirigió los pelotones asesinos del NKVD que acabaron con Ignatz Reiss, muerto en 1937. Iría directo a manos de «Douglas», quien, por puros motivos personales, ya ha liquidado a dos de los camaradas más honestos. [Nikolsky se refería obviamente a Stanislaw Glinski, exresidente en París, y Theodor Maly, exresidente en Londres, a los que conocía bien. No sabía que Ignace Reiff, su antiguo jefe en Copenhague, también sería detenido tras su deserción en julio de 1938.]
Eso no es todo. Sé que Douglas dio la orden de liquidar al héroe de la guerra española Walter [no es cierto], que pasó voluntariamente dieciséis meses en el frente. El nombre de ese Walter [Karol Swierczewski, en España general Walter] es uno de los pocos nombres que conocen popularmente todos los soldados. La orden fue emitida por Douglas basándose en rumores no confirmados y habladurías de que él, Walter, tenía «ideas tóxicas que podían desembocar en su negativa a volver a casa»...
La gente honesta no cumplía esa orden criminal. Al poco tiempo Walter, por voluntad propia, regresó a casa creyendo en el partido de corazón. Existen muchos otros ejemplos que caracterizan la naturaleza criminal del hombre (D.) cuyas ambiciones le hicieron matar a docenas de personas honestas y miembros del partido bajo pretexto de crear una impresión de las operaciones que eran necesarias para el éxito de la lucha contra nuestros enemigos.
En su búsqueda de la popularidad, el ambicioso Douglas, en presencia de la mayoría de mi personal operativo, se fue de la lengua y reveló el nombre de una serie de servicios secretos. Aterrorizó a mis hombres recitando los nombres de las familias de nuestros antiguos oficiales que fueron ejecutados por el pelotón de fusilamiento sin juicio (al estilo de la [destacada] revista Novoe Vremya).
El propio Douglas, así como oficiales de confianza que llegaron de casa, se perdieron en conjeturas: ¿cuáles eran las bases de la acusación de nuestra gente, que gozaba de plena confianza, para ser declarada culpable de espionaje, mientras sus redes siguen funcionando y permanecen intactas hoy en día? Si P. [Glinski, cuyo nombre en clave era «Pyotr»], por ejemplo, era un espía, ¿por qué seguíamos trabajando con un hombre como Tulip [Zborowski], reclutado por él? ¿Cómo es que no traicionó a Tulip? O si M. [Maly, cuyo nombre en clave era «Mann»] había sido espía, ¿por qué no traicionaba a WAISE [Maclean] o Söhnchen [Philby], o alguno de los que seguían trabajando hasta ahora?
En resumidas cuentas, esos fueron los motivos por los que yo, un hombre entregado al partido y a la Unión Soviética, no acudí a la trampa que me tenía preparada a bordo de ese barco el ambicioso criminal Douglas.
Quiero que tú, como ser humano [Nikolsky escribe a Nikolái Yezhov, el ejecutor de Stalin, pervertido bisexual, canalla y alcohólico], aprecies todos los pasos de la tragedia que tengo que sufrir ahora: un miembro leal del partido privado del partido y un ciudadano honrado despojado de mi patria.
Mi único propósito ahora es sobrevivir para criar a mi hija hasta que sea mayor de edad.
Recuerda siempre que no soy un traidor a mi partido o mi país. Nada ni nadie logrará jamás que traicione la causa del proletariado y el poder soviético. No quería abandonar mi país igual que un pez no quiere salir del agua, pero la actividad delictiva de unos criminales me ha dejado como un pez en el hielo... Según mis conocimientos de otros casos, sé que vuestro aparato centrará todos sus esfuerzos en mi liquidación física. ¡Para a tu gente! Basta decir que me han causado un sufrimiento extremo privándome del derecho a vivir y luchar en las filas del partido para disfrutar de la justa recompensa a años de generoso servicio. No solo me han despojado de mi país, también del derecho a vivir y respirar el mismo aire que el pueblo soviético.
Si me dejáis tranquilo, jamás me embarcaré en nada que perjudique al partido o a la Unión Soviética. No he hecho ni haré nada perjudicial para el partido y nuestro país.
Juro solemnemente hasta el fin de mis días no decir una palabra que pueda perjudicar al partido que me educó, o el país donde crecí.
Schwed
P. D. Te ruego que des la orden de no molestar a mi anciana madre. Ahora tiene setenta años, y es inocente. Soy el último de sus cuatro hijos que le queda y es una criatura enferma e infeliz.
El apéndice dice lo siguiente:
1. Extracción de metal. Detalles. [Probablemente el transporte del oro español a Rusia.]
2. El caso de [nombre borrado por los censores]. El viaje: Aleksei [jefe del Séptimo Departamento GUGB NKVD, comisario de seguridad del Estado de segundo grado Abram A. Sloutsky. Posiblemente su viaje a España en diciembre de 1936]. [BORRADO] El Checo y su esposa [BORRADO]. Su ubicación actual. Una carta post restante. Fracasos. Los últimos medios.
[BORRADO de tres líneas]
5. Detalles de las aventuras de [BORRADO] [posiblemente Spiegelglass, Barcelona, otoño de 1937]. La casa de [BORRADO]. Viajes. Desayuno en [BORRADO, probablemente con Spiegelglass y Serguéi Marchenko, encargado soviético en España, víctima de la represión de Stalin]. Detalles de las negociaciones con [BORRADO] sobre este caso.
6. Detalles sobre Farmer [Nikolái Skoblin]. Su anillo (firmado), que le dejó a Kadi [Naum Belkin], está en mi poder. También tengo su carta a [BORRADO, Stanislaw Glinski]. La clave para una conversación con 13 [Nadezhda Plevitskaya, la mujer de Skoblin, sentenciada a veinte años de cárcel en 1938]. Las últimas reuniones con Alexander, su viaje en coche con un desconocido (F) y una conversación sincera. La reunión simbólica de pequeñas parcelas de Douglas [Speigelglass]
[BORRADO de dos líneas]
9. Todo el historial del caso Nikolai y Nikolayevtsy [es decir, los participantes en la Operación Nikolai, en otras palabras, la detención (y asesinato) de Andreu Nin y otros miembros del POUM]. Tengo un borrador del criptograma escrito por Juzik [Grigulevich], así como un borrador de la carta escrita por Siegfried, que fue encontrada más tarde en otra copia tras la operación.
[BORRADO de tres líneas]
13. Historial detallado de todos los asuntos de «Tulip» [Mark Zborowski]. Tengo a mi disposición dos páginas de su informe [al Centro] sobre la posibilidad de fracaso y los responsables de ello. Todas sus funciones [sic]. Todos sus actos (Sneblit [Henryk Sneevliet], Lugwig [Ignatz Reiss], Old man [Trotski], Son [Lev Sedov].
[BORRADO de tres líneas]
16. El trabajo de Gamma [Boris Afanasiev].
17. El viaje de Troyan [sin identificar]. El objetivo.
18-19. Todas las operaciones liter [asesinato] (algunas pruebas sustanciales, testigos...).
20-29. [BORRADO]
30. Tengo fotografías y apellidos reales de los participantes en la Operación Nikolai. Y a gente que puede identificar dichas fotografías. La fecha de su viaje a la Unión [Soviética]. Las fotografías están en tres consulados (suizo, austríaco, polaco). [BORRADO].
31-33. [BORRADO]
34-39. Todo sobre el Viejo y el Hijo [Trotski y Sedov]. El relato del trabajo de todo el mundo, incluidos Gamma, Tulip, entre otros.
40. Sobre los grandes juicios.
[BORRADO de cuatro líneas]
45. Todo el trabajo en el país de Gravpen [Grigori Gravpen, alias Gregory Blank, cuyo nombre en clave era «Sam», residente legal del NKVD en Londres].
46. --- “--- en el país de Fin [Gueorgui Kosenko, alias Kislov, cuyo nombre en clave es Fin, residente legal del NKVD en París].
Y así sucesivamente. ¡Todo eso jamás saldrá a la luz!
La carta de Orlov a Moscú que dejaron en la embajada soviética iba acompañada de una nota manuscrita: «Queridos camaradas Surits o Biriukov. Por favor, entreguen este paquete, sin enseñárselo a Kislov, a Nikolái Ivánovich Yezhov urgentemente. Soy miembro del aparato de Nikolái Ivánovich. Shvedov». Había una posdata: «En la presente adjunto un resguardo de equipaje de la oficina de consigna de la estación Quai d’Orsay para pertenencias de Beliaev [Belkin]. Por favor, recójalas sin demora o se deteriorarán, pues llevan almacenadas desde el 4.VII».
La noticia causó revuelo en Lubianka. Yezhov comprendió que, tras la huida de otro oficial de rango, Genrij Liushkov, el 13 de junio de 1938, exactamente un mes antes que Nikolsky, la tierra se hundía bajo sus pies. No informó inmediatamente a Stalin en julio, con la esperanza de que «Schwed» reapareciera algún día. Yezhov temía que fuera otro punto en contra en una futura acusación. Como Nikolsky nunca había sido requerido ni había motivos para sospechar de él, ni mucho menos para investigarlo o ejecutarlo, se introdujo una entrada en su fichero personal tras la recepción de la carta en agosto de 1938 en la que se notificaba que su «huida se consideraba fruto del miedo y un malentendido». Al mismo tiempo Eitingon fue nombrado jefe en funciones y ordenó registrar la caja fuerte del residente. Se envió un informe al Centro y un certificado escrito de que faltaba una gran suma de dólares."
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