MISERIA EN LOS CAMPOS PETROLÍFEROS. RUMBO A LA GLORIA, de Woody Guthrie
"Las esposas de esos tipos trabajaban duro intentando que sus chozas parecieran algo, y limpiaban, flotaban, fregaba y restregaba en sus casuchas las 24 horas del día, pero con la aridez, el sol de justicia, los ventarrones y el polvo acumuladose nunca lograban ponerse al día. Los suelos siempre estaban curvados y torcidos. Las alfombras de linoleo ya habían criado a 6 familias y visto el paso de 18 niños por la escuela. Las paredes eran de tablas finas de 2 centímetros de grosor y estaban recubiertas de cualquier cosa que las mujeres pudieran clavar en ellas: viejo papel pintado azul, envolturas de los vagones aparcados en las vías, de vez en cuando una lámina de conglomerado pintada con lechada o de algún color demencial que podría ir, pasando por todos los negros azulados, del azul marino a un rojo encendido que hubiera vuelto loco a un toro. Era frecuente que las familias apañarán una especie de silla o banco a partir de desechos clavados y no se los llevaron con ellos al marchar, de modo que allí se quedaban bancos de lavar que valían 35 centavos de mano de obra, una vieja silla o una mesa, y el propietario encontraba a un pintor de letreros para que añadiera la palabra 'amueblado' en el cartel de 'en venta'.
Muchos tipos de los campos petrolíferos proceden de las zonas rurales. Se enteraron de los sueldos elevados y de la abundancia de empleos. La vieja granja ya no da más de sí y ya ha volado por los aires. Los pollos no valen y las vacas han dejado de dar. Se ha levantado viento y el cielo está negro por el polvo..."
No hay comentarios:
Publicar un comentario