BEAUTIFUL BOY, de David Sheff
"He aquí un consejo para los padres de adictos :elijan su música con atención. Eviten 'what a wonderful world' de Louis Armstrong, del anuncio de Kodak, de Polaroid o del que sea y las canciones 'turn around' y 'Sunrise sunset' y... hay miles más. Evidente 'time after time' de Cyndi Lauper y esta, la canción de Eric Clapton sobre su hijo. El 'Aleluya' de Leonard Cohen me tomó por sorpresa en una ocasión. La música no tiene que ser sentimental. Springsteen puede ser peligroso. John y Yoko, Bjork, Dylan. Me vuelvo loco cuando escucho a Nirvana. Quiero gritar como Kurt Cobain. Quiero gritarle a él. Y no es solo la música. Hay millones de momentos traicioneros. Si conduzco por la autopista 1, veré una ola que revienta. O llego a la bifurcación de caminos, cerca de Rancho Nicasio, donde cambiabamos de rumbo para dejar a los chicos en mis turnos de llevarlos a la escuela. Una estrella brillante en una noche tranquila en la cima de la colina Olema. Con amigos, escucho una buena broma que a Nic le hubiera gustado. Los niños hacen algo divertido o atrevido. Una historia, un suéter viejo, una película. Sentir el viento y mirar hacia arriba al montar en bicicleta. Un millón de momentos."
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