LOS SOVIÉTICOS EN LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA. YO FUI MINISTRO DE STALIN, de Jesus Hernandez Tomas
"...no creo que estará de más conocer este pasaje de la carta de Stalin a Francisco Largo Caballero, en vísperas de que los mismos rusos decretasen su decapitación política. Dice así:
«Hemos procedido a enviaros un número de nuestros camaradas militares para que se pongan a vuestra disposición. Estos camaradas han recibido las instrucciones de servir con sus consejos en el terreno militar a los jefes militares españoles, cerca de los cuales los podrá usted enviar.
»Les hemos ordenado categóricamente no perder de vista el hecho de que, a pesar de toda la conciencia de solidaridad de que están penetrados el pueblo español y los pueblos de la URSS, un camarada soviético, siendo un extranjero en España, no puede ser realmente útil más que a condición de atenerse estrictamente a las funciones de un consejero y de consejeros solamente.
»Le rogamos nos informe, en amigo, en qué medida nuestros camaradas militares cumplen con éxito las tareas que ustedes les encargan, porque, bien se entiende, que solamente si usted juzga favorablemente su trabajo será útil permitirles continuar en España.
Así de complacientes se mostraban Stalin, Molotov y Vorochilov, en su carta a Largo Caballero. Lo que les sobraba de ramplona modestia les faltaba de sinceridad. Los consejeros soviéticos procedían como colonizadores, ignorando y vejando a las autoridades españolas. Los rusos expulsaron a Largo Caballero de la presidencia del Consejo de Ministros; los rusos impusieron a Negrín; los rusos decretaron la caída de Indalecio Prieto del Ministerio de Defensa; los rusos hacían lo que les daba la gana en la policía, en el Ejército y, siempre a través del Partido Comunista de España, en la política general del país; los rusos obstaculizaban o saboteaban las operaciones militares que no convenían al juego de los tahúres del Kremlin; los rusos tenían sus propios Estados Mayores que actuaban por y sobre los Estados Mayores del Ejército de la República; los rusos eran, en general, soberbios y engreídos; los rusos atropellaban el derecho, la ley y la dignidad de los españoles; los rusos jugaban con las entregas de armas y se hacían temer, pues sus enojos repercutían directamente en la marcha de nuestra guerra. Los conceptos de la carta, palabras, palabras… y nada más que palabras."
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