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lunes, 7 de octubre de 2019

LA SOCIEDAD RESCATANDO A LOS RICOS. EL ESTABLISHMENT, de Owen Jones

LA SOCIEDAD RESCATANDO A LOS RICOS. EL ESTABLISHMENT, de Owen Jones

Resultado de imagen de la sociedad rescatando  a los ricos"Anthony Browne, director general de la British Bankers’ Association (BBA), es uno de los agentes de presión de la banca más veteranos de Gran Bretaña. «No nací pensando que de mayor iba a ser cabildero de los bancos», me dice riendo cuando nos reunimos en las oficinas sorprendentemente pequeñas que tiene la BBA en el corazón del distrito financiero de Londres. Por sus antecedentes, Browne es más bien un escudero: en el pasado fue director de Policy Exchange, el think tank fundado por figuras de primera fila del Partido Conservador y financiado por intereses privados de derechas. Su carrera posterior refleja a la perfección la «puerta giratoria». Ha trabajado como director de Relaciones con el Gobierno del banco de inversiones Morgan Stanley, como jefe de asesores de Boris Johnson, el alcalde conservador de Londres, y como periodista para la BBC y los periódicos The Observer y The Times. Browne no se muerde la lengua al describir lo que representó el rescate. «Si sale cara, gano yo, y si sale cruz, perdéis vosotros, lo cual no tiene nada que ver con el capitalismo —dice—. Hay un riesgo moral, que es acabar asegurado, básicamente, por el contribuyente. Cuando se obtienen beneficios, éstos van a parar a los accionistas o a los empleados, pero cuando se pierde dinero o se quiebra, los accionistas y los empleados pagan hasta hundirse, pero el contribuyente también paga, y ahí hay un problema muy grave.»

De acuerdo con la Oficina Nacional de Control, la magnitud del rescate estatal a los bancos llegó a la asombrosa cifra de 1.162 billones de libras. A estos bancos, sin embargo, no se les exigió ninguna responsabilidad hacia el pueblo que los había rescatado: los contribuyentes no tenían a ningún representante sentado en sus consejos de administración. Los gobiernos mantuvieron a raya al contribuyente y dejaron que los bancos continuaran actuando como les venía en gana. Tal vez, la definición más asombrosa de este rescate sea la que viene de James, el vicepresidente de uno de los mayores bancos británicos, que —nuevamente, para preservar su carrera— habla conmigo de forma estrictamente extraoficial: «Se trata de un fraude corporativo a escala industrial y permitido por el gobierno».


Vale la pena hacer hincapié en la idea de James. La población pobre de Gran Bretaña ha sido abandonada a su suerte. Si el millón aproximado de familias que dependen todos los meses de usureros legales como Wonga no pueden pagar sus deudas, ahí no hay rescate del gobierno que valga. Lo que sucederá con toda probabilidad es que les llegarán alguaciles a su misma puerta para embargarles los bienes. Los pobres deben obedecer las reglas del capitalismo despiadado. Pero los bancos que han sumido al mundo en la calamidad económica, no. Para ellos hay una red de seguridad: el Estado de bienestar viene a rescatarlos."

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