PRISIONERO EN EL TIBET, de Robert Ford
Este es un libro de viajes pero también de historia. De viajes porque recoje los últimos tiempos de vida de un Tibet independiente, hasta el punto de no salir corriendo antes de ser apresado por los chinos sino que se quedo hasta que ya era muy difícil escapar. De historia porque nos pone en antecedentes históricos sobre lo que era el Tibet desde hacia siglos, el estado en que se lo encontró, como fue el principio de la invasión y por ultimo, pero no menos, ampliamente descrito, el tiempo de cautividad del autor, Robert Webster Ford, y las estrategias de intimidación, tortura psicológica y lavado de cerebro durante su encarcelamiento.
Robert W. Ford (1923-1913) fue un operador de radio destinado en la India en 1943 y en Lhasa tras acabar la II Guerra Mundial, y de ahi a Gangtok, en Sikkim. De vuelta a Gran Bretaña en 1947 fue desmovilizado y volvio al Tibet por voluntad propia, por deseo de una vida mas aventurera y diferente, contratado por el gobierno tibetano como operador de radio. Eso fue en 1948. Como los tibetanos no pronunciaban bien la F de su apellido, le llamaban Phodo, y asi aparece en el libro. En 1949 abandona Lhasa y ejerce en la capital del Tibet del este, Chamdo. Un año despues, comenzado el avance comunista, es apresado.
Antes del acontecimiento histórico de la invasión china del Tibet, se pormenorizan los antecedentes politicos de la región, y las relaciones historicas del Tibet con China, asi como el caracter de los gobernantes del pais mas alto de la tierra. El cómo llego despues él hasta ese lugar, y por qué permaneció. Es la experiencia de un occidental ante el comienzo de la destrucción de un país y una cultura llena de defectos y virtudes pero, en aquellos momentos, soberana aunque imposibilitada de valerse por si sola, y no solo ante los chinos, pues era una pieza mas de tradicional tablero del Gran Juego.
Nos habla del fuerte espiritu independiente de los khamba, una tribu de fieles al Dalai Lama, de la absoluta ineptitud de los tibetanos en general para las cosas de este mundo, aun cuando los había ingeniosos, espabilados y con mucha curiosidad por el mundo exterior. Del curioso destino de los 4 de Rugby, 4 muchachos tibetanos enviados a estudiar a gran Bretaña con el propósito de traer el progreso y la influencia británica a ese mundo medieval. Las costumbres de la gente sencilla, las intrigas de la política tibetana, la vida de un europeo en un mundo tan extraño pero tan bien rodeado de gente sencilla y amigable. Mundos que ya han desaparecido.
La forma de contar las cosas que ocurrían antes de la invasión es la de quien prevé, por el tono con que lo hace, como influyeron en el desarrollo de la invasión.
No es el único relato de esta fase final del Tibet, pero si es el único que conozco que habla abiertamente de lo que le ocurre a un occidental, peor aun si es británico o norteamericano, cuando cae en manos del Ejercito Popular de China. Es acusado de espionaje, de explotador del pueblo y del asesinato de un lama comunista. Es interesante esta parte de la historia, la forma de romper la voluntad e integridad de los hombres, tanto de el como de los demás presos. Todo un despropósito de humanidad y justicia. Al final de sus casi 5 años de cárcel fue juzgado y sentenciado a 10 años de cárcel para ser poco después expulsado de China por Hong Kong cuando se suponía que su reeducacion había sido suficiente.
El libro acaba con su vuelta a casa y como fueron sus impresiones a la vida real, la suya. Y aquí acaba el libro. Sus experiencias las conto en un libro publicado en 1957 titulado Captured in Tibet de la que se hace eco la Editorial Juventud en el presente libro de 1958. Posteriormente hizo una larga carrera en el servicio diplomático del Reino Unido y divulgo por todo el mundo la justicia de la causa del Tibet frente a la ocupación china.
Como curiosidad, he aqui el obituario dedicado a Robert Ford por el representante del Dalai Lama en Latinoamerica
Algunas referencias lejanas, sin ahondar para nada, como si aun fueran rivales politicos y militares, de Harrer y Peter Aufschnaiter.
La gran diferencia entre la laboriosidad artesanal y poco provechosa de la sociedad tibetana y la laboriosidad intensa de los chinos y su eficiente propaganda poltica se aprecia cuando Ford, detenido, es conducido hacia el este a traves de China
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