A LA SOMBRA DE EUROPA, de Robert D. Kaplan
Robert Kaplan es un peso pesado de la geografía política. Me impresionó hace años Fantasmas balcánicos. En A la sombra de Europa, da unas cuantas vueltas de tuerca al tema centrándose en Rumania. Un tercio la obra es un compendio sesudo de sus reflexiones a raiz de dos aspectos: sus viajes por la region desde la epoca de Ceausescu y todo el estudio libresco relacionado con la historia y la cultura de este pais limitrofe con el mundo asiatico. Es un autor politico, y con eso quiero decir que tiene una vision politica del asunto de la que trata de persuadirnos con sus muchas lecturas. Conviene saber quienes son Robert Musil, Timothy Snyder, Elias Canetti, Isaiah Berlin o Mircea Eliade (a cuyas ideas dedica bastantes paginas para rebatir) para ahondar en sus reflexiones. Esta primera parte del libro, a parte de descubrirnos el por qué de su interés periodístico por esta parte del mundo, que si es mas vivencial y viajera, tiene poco que ver con una descripción del pais tal y como se la encontraría un viajero normal, y tiene mucho de una explicación del carácter rumano especifico: una mezcla de realismo y misticismo, la mezcla de eslavismo y bizantinismo, las tropelías de las invasiones históricas, esa forma en que los rumanos se ven a ellos mismos. Y el comunismo como ultima entrada en esa ecuación de identidades históricas. Un cuestionamiento, en realidad, del nacionalismo étnico.
El repaso a la historia de la nación no se entretiene en las figuras dacias o medievales, sino en las figuras intelectuales que levantan el edificio de la nacion y lo sostienen. Particularmente en contra de Rusia y de los turcos. Luego llega la negra época del antisemitismo y los pogromos, y como el juego de identidades nacionales por todo el arco del mar Negro, desde Ucrania a Grecia, son, al correr de los años, meramente una propuesta decididamente negociable. Unos se aferran a ella incluso con la guerra y la xenofobia (el suministro de gas ruso, el patriarcado ortodoxo ruso o rumano, etc), y otros se aferran al signo contrario con idénticas armas. Kaplan llega en su relato al otoño de 2014, cuando ha estallado la crisis de Rusia con Ucrania, y nos desvela un juego de intereses nacionales tan alejado de nosotros como fascinante: Besarabia, Moldava, Transnistria. Territorios que pueden dar que hablar en la sección de sucesos internacionales cualquier día de estos como así ha ocurrido con la region del Dombass o la península de Crimea estos últimos años. Y eso repercute en Rumania. Por lo que el interés de este pais por defenderse de la ambición rusa es considerable. Aquí Kaplan levanta la alfombra de la actualidad y nos señala con nombres y apellidos las "cucarachas" escondidas. Evidentemente, sus libros de viajes son cualquier cosa menos una inocente guía turística de placeres y sensualidad. Hay mucho trabajo previo. Esta parte del libro nos la cuenta desde la republica independiente de Moldava, al este de Rumania, con algunas aspiraciones históricas de fusión entre las dos.
El final de la obra es una inquietante perspectiva de los roces entre la Rusia de Putin, el ogro de este libro, con las republicas de Ucrania y Moldava, en que posición quedan los ucranianos y como afecta el trabajo desestabilizador de Putin en esta zona de Europa a los rumanos.
Para acabar, diría que el libro anteriormente reseñado Bucarest y este son dos libros muy diferentes a la hora de hablar de la misma gente. Pero son sumamente complementarios. Bucarest te habla del desastre de la política de natalidad y abortos de la era comunista, algo muy importante en las vidas corrientes de los rumanos. Kaplan ni hace mención de ello. Pero Kaplan habla de política con autoridades y presidentes, cosa que no hace Margo Rejmer. Dos versiones necesarias de una misma jugada
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