EL ASNO DE ORO, de Apuleyo
Si Apuleyo decía de si mismo que no se avergonzaba de ser mitad númida, mitad gétulo (había nacido en lo que ahora es Argelia), tampoco habría de hacerlo un tal Lucio por convertirse en una Asno por una temporada. Por eso también se la llama La Metamorfosis. El autor romano fue un orador y filósofo famoso en vida, y en tiempos de San Agustín se lo tuvo también por hechicero y demonólogo, y aun asi, muy leído. La presente novela fue escrita en la década entre 170 y 180, la época dorada del Imperio Romano y en ella aparece reflejada un hecho fantástico, la conversión de un ciudadano romano normal, en un asno por culpa de una esclava de la que se enamora y por su curiosidad hacia la magia. A partir de esta situación se suceden diversos capítulos en el ámbito del pueblo más llano de la época. No hay héroes sino hortelanos, ladrones, artesanos, niños, viejos, esclavos... ese es el ambiente que se nos ofrece, el elemento fantástico introducido en la vida dura de la plebe. Una forma de que los ciudadanosromanosse interesen por los mas desfavorecidos con los que conviven. Un mundo duro, de trabajos, golpes, engaños varios, todo desde la perspectiva del asno que es quien nos lo cuenta siempre temblando por su vida. Estas sucesión de aventuras ingeniosas recuerda a las escenas picarescas de Quevedo de algún modo. El último capítulo, en cambio, da un giro de 180° e introduce la religión, en concreto el culto a Isis, como la guía salvadora de su vida: la diosa le devuelve la humanidad completa, vuelve a ser Lucio, y un romano devoto y consagrado a su culto para siempre, borrando el error de sus escarceos con la magia. Tesalia, donde ocurren estas cosas, era conocida como una tierra de brujas.
Al conservar la inteligencia humana y las cualidades sensoriales y físicas del animal, siempre tiene reacciones imprevisibles, lo que da mucho juego al relato de principio a fin.
La traducción de un latín, en este caso una variante propia del norte de África, es bastante interesante porque no nos distancia como lectores del relato, sino que se ha tratado de salvaguardar muchos de los rasgos estilísticos de Apuleyo sin que eso ocurra: se lee muy bien. Es la primera novela latina conservada al completo, y se la tenía en su época como perteneciente a un género un poco chabacano. Apuleyo se basó en escritos de otros para hacer algo que divirtiera y diera que pensar a sus paisanos. No se si alguna vez creyó llegar tan lejos.
Otra cosa es la interpretación de los hechos que narra. Por un lado, se pone en duda nuestra visión antropocéntrica hasta el extremo poniendo a un animal con inteligencia propia de protagonista, y se expone un vínculo más cercano entre animales y hombres. Sería lo contrario de Aristóteles, que dice que sólo el hombre es racional. También se podría entender como la fabulación de la vida de un esclavo en la vida del asno, de manera que este podría quejarse de sus amos sin temor como hiciera Esopo ya en el siglo VI a.C. De esta manera, todo lo malo que le pasa al asno es como la forma en que vive el esclavo: apaleado, mal nutrido, vendido, sobrecargado de trabajo, castrado (aquí se libra por poco), etc. Pero también podría servir como denuncia del maltrato animal, alegando que ellos también sienten, piensan y sufren. Hay cosas que nos unen con ellos, no somos tan distintos. Así que vemos un discurso capaz de atravesar milenios de historia y pensamientos distintos hasta nuestros días manteniendo todavía un gran valor. A esta idea contribuyen la traductora con un apéndice para exponer el contexto cultural del relato, lo cual me lleva a tumbar de nuevo esa manía actual del presentismo que todo lo justifica para no tener que pensar demasiado en ello ni entrar en controversias amargas. También lo hace Peter Singer, el editor del libro, en un capítulo final poniendo en duda la superioridad humana sobre la animal al incidir en el maltrato que sufren los animales de granjas industriales: al igual que pasó con la esclavitud, sólo "comprendemos" lo malo del asunto, la vergüenza del maltrato animal, cuando esa actividad económica deja de ser rentable. Ser insensibles al dolor que el sistema económico provoca en los "sin papeles" o cualquier otro explotado laboral es similar a la insensibilidad hacia la explotación animal industrial.
Adicionalmente, ha sido inspiración de Shakespeare, de Lawrence de Arabia, de Robert Graves y otros. Una buena oportunidad de volver a los clásicos como ellos hicieron.
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