LOS PESCADORES, de Hans Kirk
Imagina que llegan a tu comunidad, a tu barrio o tu pueblo, un montón de gente, se bajan de coches, camiones y furgonetas con todos sus muebles y enseres y se instalan donde pueden. Son compatriotas, vecinos de otra provincia, es decir, no son extranjeros. Pero sí tienen una peculiaridad: son de tu propia religión, la religión mayoritaria, pero no pasan de ella ni recelan de sus normas o son tibios. Lo que está gente tiene es que es integrista, son unos fanáticos religiosos a la hora de vivir y expresar sus sentimientos, y a la hora de decir cómo debe vivir el resto de sus conciudadanos. En la novela de Hans Kirk (1898-1962), esos cristianos ultraconservadores son unos daneses pescadores de una costa pobre de recursos y desembarcan en otra costa, cuyo pueblo está constituido por gente normal que sí se puede ganar la vida con la normalidad de los años 20 del pasado siglo.
Una vez visualizado el conflicto entre las dos comunidades, veremos que la tensión no sólo se establece por diferentes conceptos de vida, diferentes formas de vivir el cristianismo. También veremos las profundas crisis de fe e identidad social que sufren algunos de estos cristianos tan extremistas. O como pierden ocasiones de ser más felices si no atribuyesen las cosas malas que les pasa a castigos de Dios o pruebas divinas. En un momento en la historia anterior al relativismo de valores que vendría después, estos daneses viven en un mundo de verdades indudables y comunitarias, de blancos y negros. Pero lo interesante será ver cómo, al cabo de los años, la vida (o Dios para otros) les introduce en la gama de grises a la fuerza. Aquí coge mucha mas fuerza el relato, va de menos a más.
Aquí, básicamente, salvar al prójimo es cantarle las 40 por sus "fechorías", y convertirse al pietismo de esta secta ultraortodoxa es ganarse el derecho a juzgar a cualquiera que esté mal visto dentro o fuera de este grupo. Por lo demás, se describe una religión de remordimientos por "fallar" en cualquier cosa no solo en contra de su dios sino de las costumbres que mantienen a rajatabla. En la practica, la santidad no está en que dios perdone, sino en la capacidad que ellos mismos tienen de hacerlo. Así pues, la historia de este asentamiento de "niños de Dios" (como se llaman a si mismos) es la de desplazar la bondad, el perdón y un poco de superficialidad de la gente normal por el patriarcado rígido, la vigilancia policial de las costumbres y ganarse el respeto de la comunidad a través de la acumulación de bienes como símbolo de bendición celestial.
El autor nos presenta un relato lleno de costumbres rurales, realista. De estos feligreses se dice que son piadosos, y se exculpan de caer en la tentación porque ya han sido salvados, y por esto mismo se atreven a condenar al prójimo y a proclamar ante cualquiera, incluso ante sacerdotes, que son mejores que ese resto de humanidad (es decir, la mayoría) que no comulgue con sus ideas. Pero la habilidad del relato nos da a entender que ellos también pecan, y que no es ningún secreto. Unos de lascivia, otros de soberbia, otra de hipocresía... de eso no hablan entre ellos, pero el narrador omnisciente no perdona una. Aunque no tanto por los hechos (salvo excepciones), su mentalidad es resueltamente fanática. El autor, conforme más finamente describe esta sensibilidad religiosa, más se adentra en la intimidad de unos pocos protagonistas, esos que llevan la voz cantante de la comunidad. Hans Kirk los trata con cariño y respeto, sin enjuiciarlos demasiado pero sin ahorrarles penurias. El caso de Tea, una antigua pecadora que vio la luz de la fe, y su relación al final de la novela con su hija, es muy significativo. Ves la gran presión que todos sufren por no dar su brazo a torcer, pero al final la vida manda.
Finalmente, decir que Los pescadores es una novela danesa que se codea con los otros clásicos de la literatura del país.
En cuanto a la secta a la que pertenecen los protagonistas, no he encontrado mucha información, pero esta entrada de wikipedia puede servir de introduccion aqui.
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