miércoles, 19 de marzo de 2025

EL CAMALEON: LA INVENCION DE DONALD TRUMP, de Maggie Haberman

 EL CAMALEON: LA INVENCION DE DONALD TRUMP, de Maggie Haberman

Donald Trump (Queens, Nueva York, 14 de junio de 1946). Este libro llega hasta 2022, es decir, cuando Trump aun se está lamiendo las heridas de la derrota electoral, con su sentimiento de traición de quienes le rodean. La autora le hace preguntas al final del libro intentando saber si se va a presentar y cual cree que es su legado. Esas tres entrevistas finales son un experimento más con este animal del American Way of Life: él no apunta a una nueva campaña electoral en ese momento, y titubea en lo que mejor ha hecho. Pero una cosa tiene clara, y es que durante 4 años se lo pasó muy bien. Fiel reflejo de este tipo. Pero es que, además, todas las 650 páginas anteriores responden a varias preguntas:

¿Como se apropio de la expresión América First? ¿O la de Make America Great Again?

¿Como le vino la idea de que Obama no había nacido en EEUU?

¿Estuvo a punto de ser destituido? No tanto. ¿Estuvo a punto de bombardear Iran? En el último minuto, los aviones dieron la vuelta.

¿De dónde viene lo del muro con México?

¿Como se volvió antiabortista y antigay, desde posiciones opuestas?

¿Elogió a Hitler al igual que denostó la vocación militar cuando viajaba a un cementerio militar estadounidense?

¿Por que le dio por meterse en política?

¿Son ciertas las acusaciones de muchas mujeres acerca de su trato delictivo con ellas? ¿También sus desprecios hacia el género femenino en general?

¿Como se adueño de su cabeza rubia la idea de que le robaron las elecciones en 2020?

¿Utilizó la ayuda a Ucrania como moneda de cambio para perjudicar a su futuro rival electoral Joe Biden en la persona de su hijo? Es decir, ¿utilizó el dinero (muchísimo dinero) de los contribuyentes para un asunto personal? Este fue el caso más claro de muchos parecidos, que pudo salirle muy caro.

¿Por que esa predilección por Rusia? ¿Existen vínculos con Rusia anteriores a su presidencia, y también durante su primera campaña electoral? No hay un sí directamente delictivo, pero si hay varios indicios de relación culposa.

Cualquier cosa que haya propuesto Trump alguna vez en su vida, ya estuvo en el ambiente o fue planteada antes de él. Groenlandia, la salida de la OTAN, aranceles... ideas de otros que Trump asumió con fecha y circunstancias apuntadas por la autora. Y sobre todo, los problemas que tuvo para implementarlas entonces, en su primer mandato. No parece ser así en el segundo, en el que ha aprendido la lección.

Trump tiene tan pocas ideas propias que la lucha por influenciarle es brutal, tóxica para el ambiente que le rodea. La autora explica los vaivenes, sus explosiones de ira, la poca confianza que genera en sus asistentes, el que los líderes del partido republicano no tuvieran claro si, ideológicamente, el presidente era de los suyos (ha estado en el partido demócrata, en el reformista de Ross Perot y ha sido independiente). El se dedica a enfrentar a unos contra otros, a despreciar a la gente en su cara. Es feliz así. Hay detalles graves que apenas salen en el libro. Uno refiere el trato con las mujeres, eso sí lo trata en general, pero no cuenta que en una pelea doméstica durante el divorcio con Ivana, esta terminó con su violación por parte de Donald Trump. Está en la demanda de divorcio de ella. El libro, como siempre, expone, y luego que cada uno saque sus consecuencias. Supongo que el filón de votantes evangelistas y demás cristianos en las elecciones de 2016 sacó la suya. 

La primera mitad del libro ocupa su vida hasta su primera presidencia, y la segunda mitad abarca de 2016 a 2022. Gran parte del libro tiene esa actitud de crónica de quien no se deja intimidar al contar sus relaciones familiares, sus negocios inmobiliarios en New York, sus tratos con políticos, periodistas, la competencia y sus propios asesores y abogados. Es lo que Trump fue aprendiendo de unos y otros en el turbio mundo de los negocios al límite de lo legal en New York. Por ejemplo, aunque el libro no lo indica porque es algo anterior, es lo que cuenta la película satírica de 2024 The Apprentice (La historia de Trump), película del director iranodanés Ali Abbasi. Con 70 años tampoco iba a cambiar.

Trump es un hombre que ascendió en los negocios gracias a su padre, se mantuvo en los negocios durante años gracias a su padre, aprendió el matonismo y las prácticas mafiosas del mundo inmobiliario de New York en los años 70 y 80, y finalmente ni su padre pudo evitar la quiebra de sus negocios. Incluso tuvo que convertir su finca de Mar-a-lago en un club social cuando había sido su casa, para no perderla del todo. 

Durante su presidencia, los responsables de muchas áreas de seguridad de EEUU dimitieron forzados por sus veleidades. Muchos de los que él colocó se largaron quemados. Leyendo toda su primera presidencia uno acaba pensando que la Casa Blanca es una casa de locos y que existe una muy baja productividad porque se sacan pocos proyectos adelante, se destruyen muchos, se anuncian éxitos que no existen y se gasta un tiempo y un dinero increíble en cosas no son más que guerras internas. Hay pocos rastros de beneficios para el ciudadano medio, aunque los hay. Para colmo, Trump hace muchos actos institucionales en sus propiedades, de lo que pasa factura a la nación por su uso. El tío es un caradura impresionante. Hay tantas cosas que echarle en cara que uno no sabe por donde empezar. Si criticaba a las anteriores administraciones por inicuas, lo de este hombre es de traca. Si ya era un fantasma de los negocios, como presidente es un fantasma de sus logros. Todo lo que dice que ha hecho hay que rebajarlo un montón. O dicho de otra manera, habría que saber cuánto dinero costo a los contribuyentes colocar a un tipo errático y sin formación ni ideología definida como presidente en lugar de un político formado, cualquiera que hubiera sido su adscripción política. Sin embargo, el precio de lo que ha costado a la administración la entrada de aventureros como el exalcalde de NY, el famoso Giuliani, tampoco es pequeño. A él mismo le costó 148 millones de dólares por una sola demanda de las que tiene en 2023 por injerencia electoral en Georgia. 

Por otro lado, ya no es solo la catadura moral la que se describe en estas páginas. Evidentemente, un hombre así no puede atraer a los mejores para puestos clave de una administración, sino a gente antisistema (porque no creen en la sociedad ni el gobierno que se ha ido construyendo generacion tras generacion), gente opaca y de segunda o tercera fila, además de los trepas. Cuando llega la hora de justificar por que Trump no perdió las elecciones de 2020, la Casa Blanca se llenó de iluminados, alucinados y gente acobardada. Tanto caradura y desvergonzado elaborando argumentos para que Trump no abandonara la Casa Blanca, de cualquier clase, solo lo ponía a él y a los suyos al borde de lo que solo tiene un nombre: golpe de estado, no de los de sacar los tanques a las calles, pero si de saltarse la ley e incluso de avisar a los servicios secretos de que habría un peligro de seguridad nacional tras un enfrentamiento cara a cara del vicepresidente Pence con Trump. Las cosas que se propusieron son alucinantes, parecía que Trump no se iba a ir ni echándole gas pimienta.

No entendió el funcionamiento del gobierno, ni el de las relaciones internacionales, y mandaba callar o daba largas a cuantos intentaban explicárselo porque le hacían quedar en una posición ridícula. No se caracteriza por rodearse de los más competentes, algo que siempre pasa con un mal jefe de cualquier empresa: no puede tolerar que le hagan sombra. Le cuesta prestar atención a algo durante tiempo, no tiene capacidad de concentración, banaliza los temas que no estén centrados en su persona. La autora da un montón de ejemplos de su personalidad inmadura y su capacidad intelectual de nivel auténticamente de paleto. Sin embargo lo que no dice es algo que planea por todo el libro hasta que consigue la elección al menos: no se le debe subestimar. 

¿Como, entonces, un tipo asi llego a la cumbre del poder mundial? Esa es mi gran duda. Haría falta otro libro más sociológico. Lo que sabemos es que inspiró tantos titulares a base de escándalos como empresario y como marido, había vivido tanto la noche y conocido y odiado a tanta gente, que su nombre ya significaba algo para millones de estadounidenses: había creado una imagen de marca, Donald Trump. Ese es el legado, o la enseñanza que el mismo señala al final del libro. Y con eso podía ganar dinero: aparecía en programas de TV, en revistas, en entrevistas. Es un artista de sacar dinero hasta de debajo de las piedras. Era único a la hora de atraer la atención... en la época de la nueva economía de la atención: pantallas, imágenes, titulares. De ahí a la política le faltaba el empujón: estaba muy predispuesto desde mediados de 1985, aunque con los vaivenes de ánimo que dan los años posteriores. Pero como quien se hace querer, o como quien ya tocó techo hacia mucho como inversor inmobiliario, el empujón le llegó por parte de sus colaboradores en torno a 2010.

La sensación final que me queda en el cuerpo es la de un tipo tóxico como pocos que haya leído o conocido en los medios. Recuerdo el final de la relación de Walter White (en la serie Breaking Bad) con su cuñado el policía de la DEA justo cuando lo van a matar en el desierto los socios del primero. Herido, se dirige a él, que le quiere salvar la vida en el último extremo después de todo lo que lleva haciendo, y le dice: "¿Cómo puedes ser tan listo para unas cosas y tan tonto para otras? Yo ya estoy muerto". Así me ha parecido este hombre, alguien con el que no deberías asociarte a no ser que seas peor que él. Alguien ideal para pasar un rato tomando unas copas pero con el que no quieres profundizar porque vas a acabar asqueado. Domina lo que queremos oír todos a la perfección, y si mientras puede hacer negocios y ganar dinero como sea, perfecto. Las reglas no están hechas para él. Es un tipo bastante complejo, fascinante, de los que modelan la realidad en torno a su figura, y no al revés. Tiene esa capacidad.

martes, 4 de marzo de 2025

LA BESTIA DEL CORAZON, de Herta Muller

 LA BESTIA DEL CORAZÓN, de Herta Müller



"Cuando callamos, nos tornamos desagradables, dijo Edgar. Cuando hablamos, nos tornamos ridículos. "

Una chica nos cuenta su vida en la ciudad a la que ha ido a estudiar. Vive en una residencia de estudiantes femenina. Su familia vive en el pueblo. Es como un diario continuo de lo que le pasa sin una diferenciación de capítulos, como una continua experiencia de lo mismo: la bestia del corazón que se instala en su cuerpo o en los objetos que la rodean. Nunca sabremos el nombre de ella (tampoco el del dictador, pero por diferentes motivos). Sobrevive como una más en una sociedad que te niega la humanidad, pero ella se revela contra este estado demostrando que siente, añora, padece, ríe y sufre. Por eso encaja con los tres amigos que la rodean (Georg, Kurt y Edgar), y por eso se previene de otras muchas personas que nos va a ir mostrando por el camino: Lola, compañera de la residencia que parece su alter ego pero tomando el camino no de la fuga de Rumania sino del suicidio, Teresa la amiga que la traiciona, los recuerdos de su alcohólico padre de las SS, la madre y sus dolores por correspondencia, el capitán Pjele y su perro del mismo nombre que interroga y coacciona a los cuatro amigos disidentes... El dictador es una especia de motor primario de todo lo que les pasa.

El relato, de 196 páginas, es rico en simbolismos y profundas metáforas. Por ejemplo, Lola, una compañera de la protagonista, intentó sobrevivir en este mundo desquiciado plegandose a sus exigencias (más corruptas que ideológicas) con el resultado de no poder soportarlo. Lola se suicidó con un cinturón. La protagonista nunca lleva cinturón, pero no le faltan los mismos impulsos. El cinturón es un símbolo continuo.

La novela tiene muchos momentos crípticos: hay momentos en los que parecemos estar viendo escenas de una película de David Lynch. El simbolismo es potente, se recurre a sueños, a momentos de la vida normal intensificados de forma surrealista que pueden ser descifrados con ayuda de esos mismos símbolos utilizados en otros contextos, como el cinturón, o la nieve cuando cae, el cabello, etc.

Más tarde conoce a su interrogador Pjele de las sesiones en comisaría, y su perro que se llama igual (tal vez lo menos sutil de la obra, pero un tipo así se lo merece). Y a Tereza y a Margit, que le alquila una habitación al irse de la residencia. Está última es descrita parodicamente en sus costumbres de beata. Con ellas, y la modista, se sirve para contar, a veces con un cierto humor chusco, como hace la gente para ganarse un espacio pequeño de libertad a espaldas del Estado: el estraperlo, el soborno, echar las cartas para adivinar el futuro, los planes de huida de Rumania. Poner en orden el futuro personal a base de cartomancia es como descifrar lo imprevisible de cualquier esfuerzo individual. ¿Significan estos detalles de la obra un ajuste de cuentas con el régimen rumano? ¿Un echar en  cara lo que durante toda su vida tuvo que callarse? Müller lo publicó en 1994.

La relación de la protagonista con Tereza tiene detalles semejantes a algo que le pasó en realidad a la autora al exiliarse a Alemania, así como en detalles de la vida de su padre y el padre de la protagonista. Seguramente hay bastantes más. En relación a Tereza, nunca había leído una declaración de amor escrita por Herta Müller como la que aquí escribe, a la par que su dolor por la traición a esos sentimientos. Como todo en ella cuando describe un hecho, es un pasaje descarnado, potente, desolador. Casi un grito contra esa bestia del corazón que salta de su acecho insidioso y te abruma hasta las lágrimas de repente. Entonces la actitud de las personas dominadas por la bestia del corazón redunda en crueldad. Pienso que es una paráfrasis del miedo, pero también, según creo, podría definirse como una relación hacia ti mismo o hacia otras personas en las que, pensando que les muestras atención o incluso afecto, los hieres profundamente porque no sabes hacerlo de otra manera. Y cuando los dejas temblando uno mismo siente el gozo de haberlo hecho así. Es muy cruel y retorcido, dos cualidades que sobresalen en la novela, pero esa crueldad es un goteo constante que en la sociedad y en las familias permea de arriba a abajo. Tal vez, el capitán Pjele actua de conciencia social porque espia la intimidad de todos los amigos de la protagonista, habla con ellos por separado y los juzga.

El estilo de Müller es tan profundo y significativo como la trama, más allá de las idas y venidas cronológicas, las evocaciones temporales de la anónima protagonista. Ella misma construye su mundo literario a base de su experiencia dentro del estado totalitario y de un estilo altamente poético, con un potencial de resignificación de las palabras que te admira y te abruma por su peso. O dicho de otra manera, no es una lectura fácil, requiere poner mucha atención (el interés se presupone) pero a cambio reporta muchísimo deleite y admiración por la novela y su autora.

Lo que hace interesante la novela es su capacidad inmersiva en la experiencia de la autora, el totalitarismo. No divierte con estrategias narrativas, te cautiva con un mundo en el que escuchas hasta la caída de la nieve o el jadeo del perro Pjele en el cuarto de los interrogatorios solo por el peso de las palabras.